Descongelar un pollo implica elevar la temperatura del pollo congelado hasta que ya no esté congelado.
El método más seguro para hacer esto es usar un refrigerador, que mantiene el pollo a una temperatura fresca y segura mientras se descongela. También hay otras formas de descongelar un pollo que toman menos tiempo, como usar un baño de agua fría o un microondas.