Si bien, los garbanzos con bacalao son toda una joya gastronómica en época de cuaresma, no hay que echar por la borda el placer que da comerlos en cualquier época del año. Un guiso que resulta tan delicioso, saciante y nutritivo, bien vale disfrutarlo cuando se antoje. Por esta razón, en estos momentos en los que el frío avanza, un buen plato de esta delicia será todo un acierto.
Si quieres disfrutar de todo el sabor de este plato lleno de tradición, acompáñame a prepararlo y date el gustazo cuando quieras.
5La importancia de desalar el bacalao
Al principio de su comercialización, la única forma de conservar el bacalao en buen estado a través de las largas travesías por el mar, era salarlo. Como sabes, la técnica de salazón es una de los más antiguos métodos de conservación de los alimentos, y por supuesto, el bacalao era uno de ellos.
Cuando surgieron los congeladores y se logró transportar en ellos los pescados sin riesgos de comprometer su calidad, se volvió más común encontrar el bacalao “fresco”. No obstante, el adquirirlo salado, es parte de una tradición a la cual es difícil renunciar. Eso sí, siempre que vayas a preparar bacalao salado, es recomendable desalarlo con anticipación para eliminar el exceso de sal.
