A muchas personas les gusta «comprar», pero para alrededor del siete por ciento de todas las personas, comprar con regularidad se convierte en un frenesí (compradora compulsiva). Se aconseja psicoterapia a los afectados. Esto es especialmente cierto si se produce una compra excesiva junto con otras enfermedades mentales como la depresión.
5Busca ayuda si te sientes identificado
Buscar ayuda es realmente importante, ya que las compras compulsivas a menudo pueden hacer que las personas se vayan al fondo y pierdan todas sus posesiones. Las compras compulsivas también pueden causar un daño irreparable a las relaciones con los cónyuges o los hijos.
Para los adictos a las compras, poseer algo no es el objetivo, pero comprarlo en sí desencadena una sensación de felicidad al menos efímera. Pero esta felicidad es efímera: El episodio de compra está precedido por una fase de depresión, tensión o aburrimiento.
La compra se percibe entonces a corto plazo como liberación, placer, bienestar o recompensa. Pronto llegaron el remordimiento y la vergüenza. Los artículos comprados suelen estar ocultos, atesorados o regalados, según el psicoterapeuta.
Pero las consecuencias de la enfermedad no se pueden ocultar: Muchos pacientes tienen problemas sociales, económicos y, a menudo, también legales cuando finalmente buscan tratamiento.