El estrés es un estado en el cual el organismo siente tensión física o emocional, como forma de reaccionar a un estímulo. En algún momento de su vida, todas las personas han sentido estrés, algo que se considera normal. Sin embargo, si este se prolonga durante mucho tiempo, puede acarrear una serie de problemas y afectar a la salud.
Cuando las personas están estresadas ocurren en el organismo una serie de procesos y se liberan hormonas que pueden provocar un hambre voraz. Carmen Soriano, una wellness coach experta en pérdida de peso, ofrece un sistema innovador para ayudar a todas aquellas personas que están pasando por esta situación.
¿Cuáles son las consecuencias del estrés en la vida cotidiana?
El ritmo de vida actual está lleno de actividades y situaciones que llevan a las personas a sentir estrés de forma constante y los altos niveles de estrés pueden influir de forma negativa en la salud física y mental.
El estrés es una respuesta fisiológica del organismo que se genera ante una situación de peligro y que permite que la persona reaccione ante una amenaza real. El estrés en sí no es algo negativo, pues el mismo ayuda a que el individuo pueda luchar o huir ante determinadas situaciones, es decir que puede considerarse un mecanismo de supervivencia.
La complejidad radica en los casos en los cuales las situaciones no suponen una amenaza real y la persona está reaccionando de manera exagerada a la presencia de las mismas. Si esto sucede de manera crónica, se incrementan las posibilidades de enfermar.
¿Cómo influencia el estrés en la alimentación?
Cuando un individuo experimenta altos niveles de estrés durante un tiempo prolongado, ocurren una serie de situaciones en el organismo. En primer lugar, disminuye el funcionamiento del sistema digestivo y del sistema inmunológico. También se inhibe el deseo sexual y desaparece el dolor.
En este proceso, existen unos neurotransmisores que son la adrenalina y la noradrenalina, que al ser liberadas, estimulan la tensión en el organismo y hacen que la persona se movilice a luchar o huir, según el tipo de amenaza.
Durante una situación estresante, se liberan 2 tipos de hormonas en grandes cantidades, el CRH y los glucocorticoides, las cuales afectan directamente al apetito. Los altos niveles de glucocorticoides provocan un hambre voraz, que puede durar varias horas. Si el estrés se prolonga en el tiempo, los altos niveles de esta hormona incrementarán notablemente el apetito, por lo cual la persona sentirá necesidad de comer de forma constante.
Las dietas muy restrictivas se convierten en un factor estresante, que sumado a los altos niveles de glucocorticoides propios del estrés, dará como resultado un hambre voraz e incontrolable. Para dar con una solución para esta problemática, Carmen Soriano, wellness coach experta en pérdida de peso, ofrece un sistema innovador para cuidar cuerpo, mente y corazón, que ayuda a las mujeres a bajar de peso, incrementando de esa manera su energía, autoestima y confianza.