El cordero asado es toda una delicia y más cuando está preparado en un horno de leña, pues, su sabor se potencia y termina siendo toda una tentación. Lamentablemente, no siempre se cuenta con un horno de leña para esta preparación; no obstante, puedes conseguir el mismo resultado y hacer que quede como si con este método lo hubieses cocinado.
Te contaré el truco para que quede supremamente delicioso y hacer que su sabor no tenga nada que envidiarle al preparado en leña.
1Comienza por elegir bien el cordero
Para que el sabor y consistencia de la carne de cordero sea de escándalo, nada mejor que escoger el lechal, ese corderito de cuatro semanas que solo ha sido alimentado con leche materna y cuyo sabor será más delicado y jugoso.
El recental es otro de los favoritos por muchos, y su carne procede de aquellos animales de 12 semanas de vida. Su sabor es más fuerte y si del pascual se trata, pues aún más, ya que este tienen entre 6 meses y un año y el sabor de su carne es considerado como extremadamente fuerte por muchos.
El mejor que puedes seleccionar es sin lugar a dudas el lechal, así disfrutarás además de su suave y tierna carne, de un sabor más delicado y agradable al paladar.