La coliflor es una de las verduras más populares de toda Europa Occidental, el origen de su consumo se remonta a más de 2,000 años de historia y se estima que sus primeros cultivos se dieron en Turquía. Esta hortaliza fue consumida por los romanos y los árabes alrededor del siglo XVI. Pero fue en Francia en el siglo XVII, donde de la mano del chef François Pierre La Varenne, el uso de la coliflor en la cocina sería aún más reconocido; el mencionado chef la comenzó a usar en sus platos llegando a darle gran protagonismo, haciendo que su consumo se extendiera por toda Europa.
Hoy te contaré como puedes hacer de la coliflor con bechamel, uno de los platos preferidos por todos en casa. Y te explicaré cómo puedes emplear un truco que te va a ayudar a que quede sencillamente perfecta; tanto, que lograrás hacer que la disfruten hasta quienes dicen odiarla.
1Escoge una buena coliflor
Lo primero que debes hacer es escoger una coliflor que se encuentre fresca y en excelente estado.
Cuando vayas a comprarla, fíjate muy bien en el tallo y su base. Esta no debe presentar ningún color pardo o encontrarse blanda al tacto. Una coliflor perfecta estará firme y con hermosas y crujientes hojas verdes envolviéndola.