Los españoles estamos acostumbrados a despedir el año con las campanadas, comiéndonos las uvas y viendo la imagen de la Puerta del Sol de fondo. Esta tradición se intuye que empezó en último cuarto del siglo XIX. La burguesía madrileña tomó por costumbre terminar el año comiéndose doce uvas, una por cada uno de los doce últimos segundos del año, copiando, de esta manera, una tradición venida de Francia.
El hábito burgués de terminar cada año con doce uvas pronto se trasladó al resto sectores de la sociedad. Así, muchos habitantes empezaron a acudir al centro de Madrid a celebrar este momento en la calle, concretamente, en la Puerta del Sol. Tiempo después, con la llegada de la radio a nuestro país, el evento comenzó a transmitirse en directo por este medio, cediendo el protagonismo a la televisión en la década de 1960. Los presentadores de este programa especial deberían esperar ansiosos la Navidad, época en que llega su momento estelar. Sin embargo, no en todos los casos es así y en el presente artículo te lo vamos a contar.
7Sus motivos
El que fuera el presentador del Gran Prix ha querido explicar el origen de esta animadversión hacia la Navidad: «Mis padres eran hosteleros, y en estas fechas siempre estaban trabajando, íbamos a la contra de los demás. Eso se me quedó enquistado desde niño». Sin embargo, esto no le afecta a la hora de desempeñar su profesión; hace de tripas corazón, intentando entretener al público y transmitir una alegría que a él no le acompaña en este momento del año.