La arqueología está llena de artefactos de origen y fechas inciertas, dando lugar a misteriosas leyendas, como es el caso de la Dama de Elche, un enigmático busto femenino encontrado en la ciudad española del mismo nombre, cuya sesión ha sido pedida por seis meses por la Generalitat de Valencia.
Fechado presumiblemente entre los siglos V y IV a.C., este busto fue vendido y expuesto principalmente en el museo del Louvre. Pero los habitantes de Elche reivindicaron inmediatamente la pertenencia de la Dama a su tierra, reconocida como emblema de la identidad española y presente en sellos y billetes. Pero no fue hasta 1971 cuando pasó finalmente al Museo Arqueológico Nacional de Madrid, donde todavía podemos admirar.
Dos versiones diferentes del descubrimiento
Existen dos versiones diferentes del descubrimiento: la primera se refiere al hallazgo por parte de un joven jornalero que, mientras hacía agujeros con una pala, se encontró con el rostro perfecto de una mujer de piedra, incrustada y enterrada en la tierra.
La segunda versión dice que el descubrimiento lo hizo un tal Antonio Macià. Pero quién fue el que la sacó a la luz nos importa poco, ya que desde entonces la Dama de Elche ha fascinado a los estudiosos y alimentado las fantasías de la gente corriente. Ahora hay un libro que aporta nuevas hipótesis sobre la viajera Dama de Elche.
¿Por qué este busto fascina incluso a los no iniciados en la arqueología y el arte en general?
La Dama de Elche ha sobrevivido a lo largo de los siglos, con su mirada orgullosa y regia y sus fuertes rasgos, que la clasifican como probablemente perteneciente a la escultura helenística, en fuerte contraste con su vestimenta y su tocado. Lo que despierta la curiosidad es la cavidad de la parte posterior, que sugiere que en realidad era una urna cineraria. Nunca sabremos de quién era.
Pero es el peculiar peinado y las llamativas joyas que lleva lo que más preguntas suscita. La Dama lleva el pelo peinado en una especie de dos discos perfectos a los lados de la cabeza, comparable a la forma en que se arreglan el pelo las chicas Hopi de una tribu nativa americana.
El llamativo y precioso collar que lleva al cuello denota riqueza, por lo que se cree que la Dama de Elche era una dama rica o, como se piensa más comúnmente, una sacerdotisa. Una figura importante de la época, sea cual sea, que alimenta el misterio.
Hoy la vemos en perfecta piedra gris. Pero en una época el busto estaba completamente coloreado, policromado. La túnica que lleva debe ser roja, ya que se han encontrado pigmentos rojos en su boca. Una fiesta para los ojos de quienes tuvieron el placer de observar aún intacta sus colores.
Pero es precisamente esta mezcla de caracteres diferentes, rasgos helénicos y vestimenta ibérica, lo que ha alimentado la imaginación hasta el punto de que algunos la han descrito como una mujer perteneciente nada menos que al continente de la Atlántida. Una teoría imaginativa que apoya el mito y el misterio que rodea a este elegante y orgulloso hallazgo.
Nunca sabremos lo que su mirada intenta decirnos. Tampoco sabremos nunca el nombre de su escultor. Y es que la Dama de Elche es la prueba de que la humanidad busca en los artefactos del pasado no sólo su propia historia, sino también la respuesta a aquellas preguntas sobre el arte y su origen a las que aún no ha podido encontrar una explicación exhaustiva.
Cuando se encontró la escultura, el arqueólogo francés Pierre Paris se encontraba en Elche para asistir a las fiestas de la Asunción. Envió una fotografía de la escultura al Louvre, recomendando la compra inmediata de la obra.
Unos días más tarde se firmaría el contrato de compraventa y la Señora, que había sido admirada como una «reina morisca» por los habitantes de Elche, la llevarían rumbo a Marsella. En París, fue bautizada como la Dama de Elche y se convirtió en el centro de una campaña periodística y científica a favor de una legislación más estricta contra la exportación de obras artísticas.
Mientras que la pieza recién llegada se instaló en la sala de Palmira, antes de trasladarse, en 1904, a presidir la sala de cultura ibérica. La Generación del 98 transformó a la Dama en una personificación de los orígenes de España, lo que hizo que su pérdida se sintiera cada vez más como un verdadero botín.
Se inició una campaña para traer de vuelta el busto a España, hubo varias negociaciones infructuosas, hasta que finalmente, en 1940, con la derrota de Francia por parte de Alemania, se iniciaron los trámites definitivos de repatriación.
En 2006, con motivo de la inauguración del Museo Arqueológico e Histórico de Elche, volvió a permanecer durante casi seis meses en su ciudad natal, donde estaba valorada en 15 millones de euros para un seguro.
Se cree que el escultor era un griego o indio helenizado, tal es la perfección de los rasgos y ornamentos que exhibe, no solo en la parte superior de su cabeza (tiara) sino en los costados, donde aparecen cajas circulares que servían para acomodar el cabello rizado. La escultura también presenta varios collares alrededor del cuello y un chal sobre los hombros.
En el momento del descubrimiento, aún tenía restos de pintura roja, azul y blanca que decoraban los labios, el mentón y el manto. La pieza tiene una gran cavidad en la parte posterior cuyo propósito aún se desconoce.
¿Gente de la Atlántida? – El misterioso casco de la Dama de Elche
La Enciclopedia de la Religión considera que la Dama de Elche es una representación de Tanit, la diosa de Cartago, que era adorada por los pueblos de la Península Ibérica y de fuera de ella. Se la consideraba un poderoso símbolo de la fertilidad y gobernante del sol, la luna y las estrellas.
Debido a la naturaleza inusual del casco, varios investigadores independientes han sugerido que la dama es la encarnación de una diosa o sacerdotisa atlante. Los relatos más vívidos de esta civilización altamente desarrollada de la Atlántida provienen de Platón, el estimado filósofo griego de la antigüedad.
En sus obras tituladas «Timeo» y «Critias», Platón describe la Atlántida como una gran potencia arcaica que tenía su sede en una isla del océano Atlántico y gobernaba varias otras islas y partes de África y Europa.
«Muchos grandes diluvios han ocurrido durante los nueve mil años, pues ese es el número de años que han transcurrido desde el tiempo del que estoy hablando». – (extracto del Timeo) – cita de sólo lectura
Sabiendo que Platón vivió alrededor del año 500 a.C., el extracto sitúa el reino de la Atlántida hace 11.500 años, en el momento en que finalizó la última edad de hielo. Platón reveló además cómo la Atlántida estaba rodeada de anillos concéntricos de agua y tierra alternados.