Las infecciones de orina son aquellas que afectan a las vías urinarias. Frecuentemente, las confundimos con la cistitis. Sin embargo, no es lo mismo exactamente. La última es el término genérico empleado para todas las inflamaciones de la vejiga, ya sean de origen infeccioso o de otro tipo. Por su parte, una infección de orina puede afectar a la uretra, las llamadas uretritis, o a la vejiga, como en el caso de la cistitis.
Es una dolencia que, por factores anatómicos, se da de manera más común en las mujeres, y si no se trata a tiempo, puede desembocar en dolencias más graves, como daños renales severos o la septicemia, enfermedad potencialmente mortal, que se produce cuando la infección se extiende de las vías urinarias a los riñones.
Los síntomas que nos ayudan a detectarla son, entre otros, la necesidad constante de orinar, hacerlo en pequeñas cantidades y muchas veces, sensación de ardor, color extraño en la orina, olor fuerte de la misma, etc. En cuanto a las causas y los factores de riesgo que te hacen más tendente a sufrir infecciones de orina, los vamos a detallar a continuación.
6Próstata agrandada
La próstata es una glándula cuya función es la producción de parte del líquido encargado de transportar los espermatozoides. En la inmensa mayoría de los hombres, se produce un agrandamiento de la misma conforme van envejeciendo.
Se trata una patología que suele darse a partir de los 40 años y provoca problemas a la hora de miccionar. La causa es la posición de esta glándula, rodeando la uretra. Así pues, el aumento del tamaño de la próstata dificulta la expulsión de la orina, conllevando, de igual manera que los cálculos renales, una mayor propensión a sufrir infecciones en las vías urinarias.