Las infecciones de orina son aquellas que afectan a las vías urinarias. Frecuentemente, las confundimos con la cistitis. Sin embargo, no es lo mismo exactamente. La última es el término genérico empleado para todas las inflamaciones de la vejiga, ya sean de origen infeccioso o de otro tipo. Por su parte, una infección de orina puede afectar a la uretra, las llamadas uretritis, o a la vejiga, como en el caso de la cistitis.
Es una dolencia que, por factores anatómicos, se da de manera más común en las mujeres, y si no se trata a tiempo, puede desembocar en dolencias más graves, como daños renales severos o la septicemia, enfermedad potencialmente mortal, que se produce cuando la infección se extiende de las vías urinarias a los riñones.
Los síntomas que nos ayudan a detectarla son, entre otros, la necesidad constante de orinar, hacerlo en pequeñas cantidades y muchas veces, sensación de ardor, color extraño en la orina, olor fuerte de la misma, etc. En cuanto a las causas y los factores de riesgo que te hacen más tendente a sufrir infecciones de orina, los vamos a detallar a continuación.
4Uso de catéter
En los individuos con algún tipo de dificultad para orinar que les obliga a usar sonda, es más habitual la aparición de infecciones de orina. Sobre todo, esto ocurre cuando se usa un catéter durante mucho tiempo. Para evitarlo, se recomienda limpiar la abertura de la sonda todos los días y mantener la bolsa de drenaje por debajo de la vejiga. Si se levanta, la orina puede volver a la uretra. También, es aconsejable vaciarla cuando esté llena, o al pasar ocho horas.