Los cálculos renales son una enfermedad muy común. Los estudios han demostrado que el 15% de las personas forman cálculos renales en algún momento de su vida. Teniendo en cuenta que el 30% de estos pacientes serán hospitalizados y sometidos a alguna intervención (fragmentación endoscópica, por ejemplo) asociada a una reducción de la productividad, se puede valorar el gran impacto social y económico de esta enfermedad.
En las últimas décadas se han producido importantes avances en los métodos de diagnóstico y los tratamientos intervencionistas mínimamente invasivos para poder expulsar una piedra del riñón, conocidas como cálculos renales.
Actualmente, es el examen más completo, capaz de proporcionar imágenes del cuerpo desde diferentes ángulos. La tomografía facilita la identificación de los cálculos, incluso si están presentes en el cuerpo en tamaños muy pequeños.
El diagnóstico de los cálculos renales es cada vez más urgente. Se calcula que, en Brasil, 1 de cada 10 adultos tiene uno de los distintos tipos de la enfermedad. Al tratarse de una patología silenciosa en su fase inicial, el 60% de ellos no son conscientes de su condición.