Las vacunas contra la COVID-19 evitan alrededor del 90 por ciento de hospitalizaciones y muertes por COVID-19, según los datos del ‘III Informe de análisis de la efectividad de la vacunación frente a la COVID-19 en España’, elaborado por la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, el Centro Nacional de Epidemiología (CIBERESP) del Instituto de Salud Carlos III y la División de Farmacoepidemiología y Farmacovigilancia de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
Los resultados del seguimiento de la efectividad de la vacunación por el método de ‘screening’ en los diferentes grupos de edad muestran una alta efectividad de la vacunación, sobre todo en la prevención de eventos graves como hospitalización y muerte, donde la reducción del riesgo continúa estando alrededor del 90 por ciento en todos los grupos.
La protección frente a infección sigue siendo, en general, menor que frente a eventos graves (entre el 32 por ciento de las personas de 18 a 49 años y el 84 por ciento en los de 70 a 79). Esta diferencia probablemente se deba a la mayor exposición de los jóvenes al virus y a las mejores tasas de vacunación en los mayores.
En los mayores de 80 años se observa un incremento de la efectividad a partir de noviembre, relacionado con la administración de dosis de recuerdo en este grupo de edad. Pese a ello, muestran una efectividad de la vacunación ligeramente inferior a la observada en otros grupos de edad, lo que puede deberse a que su sistema inmune es más débil y a que recibieron la pauta completa hace más tiempo que el resto de ciudadanos.
Durante el mes de noviembre de 2021, la efectividad en ese grupo, excluyendo los residentes en centros de mayores, fue del 78 por ciento frente a infección, 81,8 por ciento contra infección sintomática, 87,1 por ciento frente a hospitalización y 92,9 por ciento frente a fallecimiento. Estas cifras son ligeramente inferiores, sobre todo frente a infección, que las mostradas en el anterior informe publicado en octubre, probablemente por las razones anteriormente expuestas.
Esta disminución progresiva de la efectividad de la vacunación frente a la infección en las personas vacunadas en meses más tempranos se observa también en los grupos de 70-79 años, 60-69 años, 50-59 años y 40-49 años.
La efectividad de la vacunación para el grupo de 70-79 años fue de 84,2, 86, 93,2 y 94,8 frente a infección, infección sintomática, hospitalización y fallecimiento, respectivamente. Para el grupo de 18-49 años fue de 32, 30, 86 y 70 por ciento, los menores valores de todos los grupos estudiados.
RESIDENCIAS DE MAYORES
Los resultados del estudio de ‘screening’ muestran que en residencias de mayores se mantiene una efectividad de la vacunación elevada frente a hospitalización y defunción en los últimos meses.
Los resultados publicados en abril mostraron una efectividad de la vacunación frente a la infección por SARS-CoV-2 en residentes de centros de mayores entre 81 y 88 por ciento, según el tipo de estudio. Además, se evitaron tanto infecciones sintomáticas como asintomáticas, lo que podría estar relacionado con una disminución en la transmisión del virus. La vacunación también fue efectiva para la prevención de eventos graves, como la hospitalización (71 por ciento) y el fallecimiento (82 por ciento).
En el informe de octubre, los datos indicaban que la efectividad en este grupo de población se mantenía en valores superiores al 96 por ciento frente a infección, infección sintomática, hospitalización y defunción, en los vacunados desde mayo en adelante.
Sin embargo, en los vacunados en marzo la efectividad disminuye a 58, 64, 65 y 77 por ciento, frente a infección, infección sintomática, hospitalización y defunción, respectivamente, lo cual «podría indicar una pérdida de inmunidad con el tiempo desde la vacunación», explica el informe.
Ahora, los resultados muestran que la efectividad de la vacuna se mantiene en valores en torno al 80 por ciento frente a hospitalización y defunción. «La caída en la protección observada entre julio y septiembre podría deberse a una pérdida de la inmunidad de las personas vacunadas en febrero y marzo, momento en que se vacunó mayoritariamente en residencias. Aunque las estimaciones son algo inestables y con intervalos de confianza amplios, parece observarse el efecto beneficioso de la dosis de recuerdo a partir del mes de octubre», aseguran los expertos de Sanidad.
PFIZER Y MODERNA PROTEGEN MÁS QUE JANSSEN Y ASTRAZENECA
Por otra parte, el informe recoge un análisis de cada vacuna. Para todas las edades, las de ARNm (Pfizer y Moderna) presentan una protección frente a la hospitalización por COVID-19 más alta (90 por ciento) que las vacunas de Janssen (79 por ciento) y AstraZeneca (73 por ciento).
En cuanto a los contagios, el informe destaca que la quinta ola, durante los meses de julio y agosto, afectó especialmente a las «personas no vacunadas, seguida de las vacunadas con Janssen y las vacunadas con AstraZeneca».
«En estos grupos se ha venido incrementando la incidencia desde el mes de noviembre, excepto en los vacunados con Janssen, en los que el incremento se ha frenado, posiblemente por la administración de una dosis de recuerdo con vacuna de ARNm en dicho grupo. Las personas vacunadas con Pfizer, Moderna y pauta heteróloga de AstraZeneca y vacuna ARNm han mostrado la menor incidencia en todo el periodo», establece este estudio.
En concreto, desde el mes de octubre, la incidencia de las personas vacunadas con AstraZeneca es de 98,5 de media, mientras que baja al 19,1 cuando se trata de ciudadanos que recibieron la pauta de AstraZeneca más una vacuna ARNm. En los vacunados con Janssen, la incidencia es de 121,1, frente al 33,8 de Moderna y el 59,3 de Pfizer.