La Navidad, en el mundo occidental, es el momento del año que más asociamos con la celebración. Para todos, incluidos los más alejados de la fe cristiana, es una época en que acostumbramos a reunirnos con familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc. La alegría que nos producen estas fiestas la expresamos frecuentemente comiendo y bebiendo. Si lo hacemos sin la moderación debida, aparecen los dos invitados menos deseados en toda fiesta. Sí, estamos refiriéndonos a las resaca y la indigestión.
Particularmente, entre tantos compromisos, la resaca, es decir, los molestos síntomas que aparecen después de una ingesta desmesurada de bebidas alcohólicas, puede resultar un contratiempo de lo más inoportuno. Sin embargo, existen trucos para combatirla más allá de la siempre recomendable moderación. En el siguiente artículo, te los contamos para que puedas disfrutar sin que esto te lastre.
1Agua
El antídoto más habitual para la resaca probablemente ya lo conozcas. Sí, efectivamente, se trata del agua. Y es que cuando te levantas después de una noche más larga de la cuenta, el cuerpo te pide beber unos cuantos litros de tan olvidado elixir. Esto se debe a la deshidratación provocada por el alcohol en nuestro cuerpo, especialmente en el cerebro, siendo la causa del archiconocido dolor de cabeza. También nos ayuda a paliar otros síntomas, como la sequedad en boca y garganta, amén de eliminar los residuos generados de manera más rápida.
Lo más recomendable es ingerir una cantidad importante de este líquido poco a poco antes de dormir, a fin de prevenir los síntomas mencionados. Comprendo que es difícil que te acuerdes en ese momento, pero, en cualquier caso, sea esa misma noche o al día siguiente, ten siempre a mano una botella de agua. Se puede convertir en tu mejor aliado.