La economía circular da empleo a más de once millones de profesionales en todo el mundo. Técnicos en energías renovables, ingenieros de diseño, expertos en contratos de suministro y especialistas en Big Data son los perfiles más buscados y compensarán la desaparición de oficios que históricamente estuvieron vinculados a las energías más contaminantes.
Desde el inicio de esta década, las renovables suponen ya más del 43% del mix energético en la Unión Europea, aumentando a un ritmo superior al 5% anual. Según datos de la Agencia Internacional de Energía Renovable, en 2019 había ya 11 millones y medio de personas trabajando en el campo de la energía renovable en todo el mundo, de los cuales, dos tercios están en Asia.
La preocupación social por el empleo en zonas en las que se trabajaba con elementos muy contaminantes como la minería de carbón o el petróleo ha llevado a administraciones y empresas a invertir en reconvertir esas zonas y paliar los efectos negativos del cambio de paradigma energético, creando nuevas oportunidades de negocio y empleo. La digitalización de procesos permite a las nuevas generaciones aspirar a otros oficios que hace poco más de una década nadie imaginaba que podrían desarrollarse.
El consenso de quienes implementan estos modelos es que la ocupación en actividades como reparación, reciclaje y economía circular van a ir al alza de forma constante y requerirán mano de obra a todos los niveles: cualificación máxima para ingenierías y diseño de procesos; técnicos especialistas en mantenimiento de nuevas máquinas y gestión de datos, así como profesionales que desarrollen su trabajo en los parques eólicos y solares, así como en la distribución de residuos, reciclaje y fabricación de nuevos productos.
NUEVAS PROFESIONES PARA EL FUTURO
Los perfiles más demandados son: Técnicos de proyectos en energías renovables, especialistas en operación y mantenimiento, ingenieros de diseño, project managers o técnicos comerciales de los que 3,8 millones se sitúan en el sector solar fotovoltaico, 2,5 millones en el sector de biocombustibles líquidos, cerca de dos en centrales hidroeléctricas y 1,17 en el sector eólico.
Otro perfil muy demandado es el de experto en contratos de suministro de energía a largo plazo. Actúan de intermediadores en las negociaciones entre productores y consumidores y sus conocimientos se complementan entre financieros y legales.
En la actualidad, cada vez más, a estas cualidades, los empleadores suman el conocimiento de la inteligencia artificial y la gestión y análisis de Big Data, para lograr un uso más eficiente de las energías limpias y también de la economía circular.
Estos perfiles técnicos y cualificados han ido ensanchando las ofertas de empleo y suponen una oportunidad para retener o volver a traer a nuestros países europeos el talento que en su día salió en busca de oportunidades profesionales fuera de nuestras fronteras.
Las oportunidades para estos expertos llegan del sector público y, cada vez más, del privado que invierte en descarbonización, gestión de recursos, generación y transporte de energía, así como de reciclaje, la lucha contra el desperdicio alimentario y la formación de nuevos profesionales. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) pronostica que esta década llegaremos a los 30 millones de nuevos puestos de trabajo en el mundo.
La UE calcula un crecimiento anual hasta 2030 del orden del 0,5% del PIB y el 0,3% de la ocupación, es decir que se crearán en torno a 700.000 empleos anuales solo en actividades vinculadas directamente a reciclaje y retirada de residuos. Adoptando prácticas sostenibles podemos aumentar en 18 millones los puestos de trabajo en Europa durante esta década si añadimos el mix energético y coche eléctrico.
Para España, el Servicio de Empleo Público Estatal (Sepe) constata que en el último quinquenio se ha producido un crecimiento constante de la ocupación en las actividades vinculadas al medio ambiente, especialmente para reparación de maquinaria, descontaminación, reparación y alquiler de vehículos o gestión de residuos.
A ello hay que añadir las empresas en general que están demandando trabajadores que acrediten habilidades en eco-diseño, reducción de materias y residuos, reutilización de productos, reciclado y valorización de residuos. En paralelo deberemos sumar los empleos en los parques de generación de energía, ingeniería y diseño, mantenimiento de maquinarias, gestión comercial y análisis de datos.
Ciertamente, este crecimiento neto en el empleo no se produce en todos los sectores ni tampoco en todos los territorios, con lo que es necesario invertir parte de los ingresos que se generen en estas nuevas tecnologías para compensar la falta de empleo en los oficios y los lugares en los que hasta ahora se producía energía de un modo poco sostenible, creando nuevas oportunidades de negocio, apostando por otros sectores y formando a estos profesionales.
URGE UNA FORMACIÓN ESPECÍFICA
Algunos puestos de trabajo se pueden reconvertir desde la misma formación reglada que han recibido estos profesionales, pero deben adaptarse a nuevos entornos y aprender distintas operativas. La cuestión es si podemos abordar el futuro con lo que ahora sabemos y, para seguir evolucionando, la formación es clave. Deben crearse títulos nuevos tanto de formación profesional como universitaria y masters lo que, a su vez, implica la necesidad imperiosa de formar a los profesores. Hay expertos en su oficio que no han cursado los títulos necesarios para ir a las aulas y los planes de enseñanza deben corregir estos matices para mejorar los recorridos académicos de profesores y alumnos.
Formar especialistas en sostenibilidad requiere expertos que asesoren a los formadores y, en paralelo, técnicos en las administraciones que diseñen el currículo académico necesario para garantizar que, tras el título, estos alumnos han salido preparados para asumir estas nuevas competencias. Los países nórdicos ofrecen numerosos planes de estudios relacionados con la economía circular y potentes programas de posgrado.
En España hay escuelas y universidades especializadas que ofrecen títulos de Experto en Economía Circular. Nuestro país tiene ya listo para su aplicación el Plan de Educación Ambiental para la Sostenibilidad, que el Gobierno quiere desarrollar en un periodo de cinco años. En él se establecen seis ejes con los que impulsar la información, la sensibilización y la concienciación sobre la situación medioambiental. Integrar la sostenibilidad en el sistema educativo desde Primaria hasta Educación Superior puede ayudar a guiar a los niños y los jóvenes hacia profesiones del futuro a muy corto plazo.
Mientras tanto, el Gobierno contempla dotar a empresas e instituciones de los recursos necesarios para formar ‘en verde’ a sus profesionales, de modo que puedan responder a la gran demanda de empleo verde.
CRECEN LAS CIUDADES, REPOBLEMOS EL MUNDO RURAL
Según los informes de las entidades que trabajan en economía circular, se espera que, a partir de 2050, el 70% de la población mundial viva y trabaje en grandes áreas urbanas, con lo que es necesario planificar este crecimiento de dichas zonas y potenciar los ámbitos rurales para evitar su despoblación y generar riqueza gracias a la economía circular.
Para ello, se crearán oportunidades para urbanizar, crear infraestructuras nuevas en las zonas de crecimiento urbano y mantener las ya existentes en los municipios de menos habitantes. Servicios como la logística, la distribución de materias primas y, sobre todo, agua potable y agua residual, gestión y distribución para reciclaje de los residuos sólidos urbanos, transporte de electricidad y diseño de fórmulas de autoconsumo, entre otras necesidades.
En paralelo, con el crecimiento del comercio electrónico, el teletrabajo y la digitalización de empresas, ciudades y servicios, habrá cada vez más profesiones implicadas en creación, distribución y mantenimiento de redes de datos, telefonía, internet de las cosas y el 5-G, que nos permitirá gestionar mejor el tráfico, datos de horarios para acceso a lugares de trabajo, previsión de climatización de hogares, seguimiento y entrega de mercancías y muchos otros servicios.