Los roscos fritos, también conocidos como roscos de semana santa; forman parte del menú de postres más tradicionales, esos cuyas recetas son transmitidas de generación en generación. Su masa frita, crujiente y cubierta de azúcar con un centro esponjoso y con ligero aroma de anís, los convierte en los compañeros perfectos para una tarde fría junto a un café. Y aunque se les llama de semana santa porque generalmente se preparan en la cuaresma, la verdad es que puedes disfrutarlos cuando quieras con la receta tradicional de la abuela.
8La forma correcta de dorarlos
Para que los roscos fritos queden perfectos, fríelos por tandas pequeñas. Evita meter muchos en la sartén, ya que esto hace que se peguen. Además, si colocas muchos la temperatura del aceite descenderá y hará que absorban mucha grasa.
Fríelos primero, por un lado, y luego voltéalos para que se doren por ambas caras. Cuando estén perfectamente dorados, colócalos en un plato con papel absorbente para que eliminen el exceso de aceite.