Los roscos fritos, también conocidos como roscos de semana santa; forman parte del menú de postres más tradicionales, esos cuyas recetas son transmitidas de generación en generación. Su masa frita, crujiente y cubierta de azúcar con un centro esponjoso y con ligero aroma de anís, los convierte en los compañeros perfectos para una tarde fría junto a un café. Y aunque se les llama de semana santa porque generalmente se preparan en la cuaresma, la verdad es que puedes disfrutarlos cuando quieras con la receta tradicional de la abuela.
7El momento para freír los roscos
Lo primero que debes hacer es poner una cantidad generosa de aceite en una sartén profunda y llevarla al fuego medio.
Una vez que el aceite este bien caliente, colócate un poco de aceite en las manos para que la masa no se te pegue mientras la manipulas y comienza a darle forma a tu rosco. La manera más sencilla de hacerlos es tomando una pequeña porción de masa, formar una bola y hacerle un agujero en el medio.