El consumo responsable es fundamental para garantizar que todos podemos disfrutar de los recursos naturales de los que disponemos y vivir en un planeta sano, dejándolo así para generaciones futuras.
Para adoptar un consumo responsable debemos elegir productos y servicios que consumimos de acuerdo a criterios de calidad, precio, impacto ambiental, social y ética de las empresas que los producen.
La ética consiste en tener en cuenta los valores como base para comprar y consumir.
La ecología se basa en consumir productos que se hayan elaborado con cuidado respecto al medio ambiente y sin emplear más recursos naturales de los imprescindibles.
En cuanto a la solidaridad, se tienen en cuenta las condiciones laborales de las personas que intervienen en la cadena de elaboración y distribución del producto desde la extracción de los recursos naturales necesarios para luego aplicar el proceso de transformación, transporte y venta, incluida la prestación de servicios en todo el proceso.