La competitividad de las comunidades autónomas disminuyó en promedio un 2,3% en 2020, en sintonía con las fuertes disminuciones del Producto Interior Bruto (PIB) de las regiones debido al impacto de la pandemia de la Covid-19.
Así se desprende del último ‘Informe de la Competitividad Regional en España 2021’, editado por el Consejo General de Economistas de España, en el que se precisa, no obstante, que esta caída de la competitividad promedio de las CCAA no es tan significativa como la disminución media que se produjo en la crisis financiera en el periodo 2008-2012.
De acuerdo con el estudio, en 2020, y en un contexto de crisis asimétrica, los primeros lugares del ranking vuelven a estar ocupados por Comunidad de Madrid, Comunidad Foral de Navarra y País Vasco, manteniendo el mismo orden y conformando el grupo de competitividad relativa alta.
En el segundo nivel, competitividad media-alta, se incluyen Cataluña y La Rioja, mientras Aragón, Castilla y León, Cantabria, Galicia y Principado de Asturias constituyen el grupo de comunidades con nivel competitivo relativo medio-bajo.
Por su parte, el grupo de competitividad baja pasa a estar formado por Extremadura, Andalucía, Canarias, Baleares, Castilla-La Mancha y Región de Murcia, a las que se une Comunidad Valenciana.
A pesar del impacto asimétrico de la crisis Covid-19, la ordenación de las CCAA y la composición de los grupos apenas muestra variaciones respecto a la edición de 2019.
Así, solo Galicia y Comunidad Valenciana pierden una posición, mientras Cantabria y Principado de Asturias suben una posición. Respecto a la composición de los niveles, Comunidad Valenciana deja de pertenecer al nivel medio-bajo, y se encuadra en el nivel bajo; mientras que su lugar pasa a ser ocupado por Principado de Asturias, que retorna al nivel medio-bajo.
Canarias y Baleares son las dos comunidades en las que el descenso de competitividad es más acusado. En el extremo opuesto, el índice de competitividad crece en Castilla-La Mancha, Principado de Asturias, Castilla y León y Extremadura.
En cuanto a los componentes de competitividad, los ejes referidos al entorno económico (eje 1) y a la eficiencia empresarial (eje 6) son los que se comportan de manera más desfavorable, mientras que los ejes 7 (innovación) y 4 (entorno institucional) son los únicos que mejoran de forma generalizada.
En relación con la diferente situación de partida de las comunidades autónomas, esta puede dificultar la consecución de los objetivos perseguidos por la Unión Europea en términos de Inclusión, Sostenibilidad y Digitalización y entraña riesgos en el proceso de recuperación.
PRESTAR ATENCIÓN A LAS CUENTAS PÚBLICAS
Durante la rueda de prensa para presentar el informe, el presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich, ha señalado que las circunstancias provocadas por la pandemia son excepcionales y la UE ha activado la cláusula de salvaguarda en el cumplimiento de las normas de déficit público.
De esta forma, los países miembros disponen de mayor capacidad de introducir dinero público en la economía para apoyar la recuperación económica; pero más pronto que tarde volverán a funcionar las reglas fiscales y obligarán de nuevo a reducir el déficit y cumplir con el pacto de estabilidad y crecimiento.
Así mismo, Pich recordó que los problemas de España con el déficit no provienen de la crisis de la Covid-19, sino de desequilibrios estructurales más lejanos. «Es importante que no perdamos de vista que las cuentas públicas estaban deterioradas y la pandemia no ha hecho más que acrecentarlo», ha urgido.