Con los vientos fríos de los últimos meses del año llegan los deseos de degustar los más ricos y espectaculares platos con sabores potentes y marcados. Cocidos, guisos, sopas y cremas entran en el menú; y por supuesto, el pavo estofado es uno de los platillos que se cuelan en la mesa para deleitar a todos son su sabor.
Lo cierto es, que con su sabor fuerte y la delicadeza de su carne, esta ave se ha convertido en una de las favoritas en todo el mundo. De hecho, la carne de pavo es emblema en muchos lugares de las más tradicionales cenas de Navidad. Cuando se prepara en estofado, la cocción ha de hacerse por un tiempo específico, pues de lo contrario, su carne se tornará seca. Quédate a conocer cómo debes prepararla y disfruta de toda su jugosidad.
1El consumo del pavo en los meses de invierno y especialmente en Navidad
Debemos comenzar por hablar del nombre original de esta ave, la cual era conocida como guajolote, en diversas regiones de México. El consumo de su carne era toda una tradición para los aztecas, quienes lo disfrutaban precisamente en el solsticio de invierno en honor a su dios: Huitzilopochtli, dios al cual celebraban como victorioso sobre la diosa luna, Coyolxauqui.
Durante la conquista, los monjes jesuitas quedaron enamorados del sabor del guajolote y lo llevaron a España, donde se les dio el nombre de pavo por su parecido al pavorreal. Aun cuando las fiestas paganas se fueron cristianizando, el consumo de esta ave se quedó como parte de la tradición del solsticio, tal como sucede hasta ahora.
¿Sabías que en 1930 el pavo estuvo al punto de la extinción?, sí, así es. Pero ante medidas regulatorias para su caza y cría, lograron recuperarse, aunque se les considera cada vez, menos salvajes.