El cementerio de Paterna (Valencia) ha rendido este sábado homenaje a las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo, coincidiendo con el inicio de los trabajos de exhumación de la fosa 126, la más grande del territorio valenciano, en la que se espera localizar los restos de 170 personas represaliadas.
La consellera de Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, ha asistido al acto junto al director general de Calidad Democrática, Iñaki Pérez Rico; el diputado del área de Cultura de la Diputación de València, Xavier Rius; así como familiares de las víctimas, representantes de asociaciones de familiares y entidades memorialistas. El acto ha contado a su vez con la presencia de representantes municipales de localidades de procedencia de las víctimas como Massamagrell, Llíria, Alcàsser, Xàtiva, Albal, Manises, Oliva y València, entre otras.
El inicio de estas exhumaciones constituye, en palabras de la consellera, un «paso imprescindible para conseguir un territorio libre de fosas», que no es otra cosa que «un país donde la impunidad no vuelva a imponerse sobre la dignidad, la decencia y la verdad».
La intervención en la fosa 126 del cementerio de Paterna pretende localizar alrededor de 170 víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista procedentes de cinco «sacas» de los fusilamientos que se produjeron entre los meses de agosto y septiembre de 1940.
La Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática ha destinado 447.700 euros a los trabajos de investigación, localización, delimitación, exhumación y estudio antropológico en la fosa más grande del territorio valenciano.
Se trata de la segunda intervención que se realiza en esta fosa que ya fue intervenida parcialmente en el año 2012. Unos trabajos que fueron promovidos por las hermanas Josefa y Carmen Celda Soler, para exhumar los restos de su padre, José Celda Beneyto, de Massamagrell que fue fusilado el 14 de septiembre de 1940. A su vez, durante esta intervención se pudo enterrar los restos de 42 personas, 38 de las cuales eran vecinas de Massamagrell fusiladas el mismo día que José Celda.
«NO PODEMOS OLVIDAR»
Pérez Garijo ha afirmado que «no podemos olvidar», pero sobre todo, «no queremos olvidar que bajo este minúsculo rectángulo de tierra yacen más de 170 personas asesinadas a sangre fría y que en el espacio que nos rodea se enterraron más de dos mil, durante una matanza sistemática perpetrada en nombre de Dios y de la patria».
«Queremos que las familias puedan hacer su duelo, restablecer los vínculos más íntimos con nuestro pasado, reconstruir una historia familiar ocultada por el terror institucionalizado y por una vergüenza impuesta», ha subrayado la consellera de Calidad Democrática.
Pérez Garijo ha lamentado que 81 años después «todavía hay quién querría que no excavamos esta tierra porque no lo estiman prioritario», una cuestión que la consellera ha considerado «urgente» para restaurar la decencia de un país o hacer una mínima reparación cuando el tiempo de la verdadera justicia ya pasó con la desaparición física de los verdugos.
«Por fin sabemos que no cayeron en combate o en un bombardeo, ni murieron de enfermedad o hambre; sabemos que una bala perfectamente identificable los atravesó y que alguien ordenó que los enterraran sin nombre para que nadie pudiera ir a llorarlos o recordarlos».