¿Por qué los días tienen 24 horas? Cuando se comienza a indagar referente al origen de nuestro sistema de medida del tiempo, termina siendo un tema complejo. Pero altamente
interesante.
Aun cuando cada país se caracterice por tener un horario diferente, inclusive hay ocasiones donde cada estado o distrito perteneciente a un mismo país no comparten la misma hora como en Estados Unidos. A nivel mundial se tiene claro que un día está compuesto por 24 horas, una hora posee 60 minutos y un minuto 60 segundos.
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Comprendiendo un poco las palabras del Doctor Nick Lomb del Observatorio de Sydney, las 24 horas del día son provienen de los antiguos egipcios. Quienes decidieron dividir el día en 10 horas con dispositivos muy parecidos a los relojes de sol, destacando el hecho de que le añadían una hora en el inicio del día y otra concluyendo el mismo.
¿De dónde nació que los días tengan 24 horas?
De igual forma, los egipcios separaban la noche en 12 horas bajo el pensamiento de un sistema conformado por 36 constelaciones que llamaban «Bakiu». El Dr. Nick Lomb menciona que “Las tablas fueron producidos para ayudar a las personas para determinar el tiempo durante la noche mediante la observación de los Bakiu”.
Asimismo dio a conocer que dichas tablas se han encontrado dentro de las tapas de los ataúdes, concluyendo que lo realizaban con la idea de que los muertos también pudieran conocer la hora.
Por otra parte, se dice que los egipcios y sumerios contaban con un sistema duodecimal y no con el sistema decimal común que utilizamos hoy en día. Estas culturas adoptaban el sistema duodecimal bajo el concepto de contar las falanges de los 4 dedos de la mano con el pulgar.
De manera que al contar los cuatros dedos se tenga 12 segmentos, misma cifra en la que fraccionaron los días como mencionamos anteriormente. En resumidas cuentas, la metodología para medir el tiempo provienen de la antigua Mesopotamia, es decir de egipcios y sumerios, culturas que resaltan en la historia por haber estado conformada por pensadores y matemáticos.
Cabe destacar que, otras culturas también han contribuido en los calendarios pero sin una aportación sensata con respecto a la manera en que dividen el día.
¿Qué es un día?
Desde muy pequeños nos han enseñado que un día es el lapso que tarda el planeta tierra desde el sol se encuentra en el punto más alto del horizonte hasta que vuelve a dicha etapa. En otras palabras, está directamente relacionado con el movimiento de rotación de la tierra, consistiendo en que el planeta gire sobre el eje terrestre que a su vez divide la superficie en dos polos.
Lo que si debemos tener presente es que una vuelta entera, teniendo como referencia las estrellas. Se denomina día sidéreo y dura 23 horas con 56 minutos y 4,1 segundos, como lo comunican los especialistas en la materia.
¿Qué sucede con el tiempo faltante?, pues los 3 minutos y 56 segundos que restan para las 24 horas, aproximadamente, se deben a que en ese periodo de tiempo el planeta tierra ha avanzado en su órbita. Y por ende se ve en la obligación de girar algo más que uno días sideral con la finalidad de completar lo que conocemos como un día solar.
Elementos de medición para determinar si hay o no 24 horas en los días
Los antepasados, específicamente los de la antigua Mesopotamia, computaban las horas de los días a través de relojes solares y su propia sombra. Lo que ocasionaba de que no fuera un método tan perfecto y que presentara una variación notoria conforme a la época del año en la que se encontraran.
Durante la noche, realizaban el cálculo con ayuda de las estrellas pues la ausencia de luz complicaba la actividad. Se dice que durante la fase de la puesta del sol hasta el amanecer se podían observar en el cielo un total de 18 estrellas.
Las tres primeras y las tres últimas estaban vinculadas con el atardecer y el amanecer, lo que conlleva a que las 12 estrellas restantes eran las que dividían las horas de la noche.
¿Obsesionados con el paso del tiempo?
Desde la época de las cavernas, la humanidad siempre ha mostrado cierto interés con el paso del tiempo. Los ancestros pudieron percatarse de que los ciclos del día estaban estrechamente relacionados con el sol y la luna. De allí surgen los primeros calendarios que tan solo se enfocaban en contar el número de veces que se ponía o ocultaba el sol.
Claramente nuestro calendario se diferencia al de nuestros ancestros al ser muchísimo más preciso. Como ya sabemos los años están conformados por 365 días y cada 4 años se añade un día más.
Ahora bien, el cómo la humanidad mide el tiempo ha evolucionado significativamente con el pasar de los siglos. Sin embargo un cambio a esta altura es una idea difícil de ejecutar por lo complicado y costoso.