La Fiscalía Anticorrupción ha negado tajantemente este miércoles que el ahora comisario jubilado José Manuel Villarejo sea víctima de una «investigación prospectiva», tal y como ha esgrimido su defensa, defendiendo la legalidad de las entradas y registros que permitieron encontrar los audios y las agendas, que constituyen buena parte del acervo probatorio de ‘Tándem’. La Policía «no va a pescar», ha dicho.
El fiscal Miguel Serrano ha contestado así a las cuestiones previas planteadas por Villarejo en el marco del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional por ‘Iron’, ‘Land’ y ‘Pintor’, las tres piezas separadas de la macrocausa ‘Tándem’ donde se ventilan los encargos que el entonces comisario habría recibido de diversos clientes para espiar a otros particulares o despachos de abogados por distintas disputas que incluyen un conflicto en torno a la herencia del fundador de la urbanización de lujo ‘La Finca’ (Madrid).
La tesis de Villarejo es que las denuncias sobre las presuntas irregularidades en el CNI que había venido haciendo durante años le granjearon la «animadversión» de esta agencia y, por ello, en connivencia con policías que también estarían enfrentados a él por la llamada ‘guerra de comisarios’, habría fabricado una causa en su contra basada en una «denuncia anónima» que habría dado lugar a registros en los que la Policía habría buscado pruebas que excederían los límites marcados por el denunciante.
«Las investigaciones no han estado teledirigidas por nadie», ha aseverado Serrano. «Las brujas no existen. Como dicen los gallegos, haberlas haylas, pero búsquenlas fuera de este procedimiento», ha espetado.
Para refutar cualquier «tacha», el representante del Ministerio Público ha explicado que las pesquisas parten, efectivamente, de «una aparente denuncia anónima» que va acompañada de una serie de documentos –el ‘Proyecto King’, sobre el que gira la pieza principal de ‘Tándem’, y los movimientos de dinero–. A partir de ahí, ha aclarado, la Fiscalía indaga para «depurar» el origen de dicha denuncia hasta dar con el empresario Francisco Menéndez, que ratificó todos estos papeles en una declaración posterior.
Es entonces, ha relatado Serrano, cuando se suceden una serie de diligencias para seguir tirando del hilo de los trabajos contratados a Villarejo por clientes privados hasta llegar a los registros que se llevaron a cabo en noviembre de 2017, donde se encontraron los diarios personales del comisario y las grabaciones que hacía de las conversaciones que mantenía con terceras personas.
El fiscal ha asegurado que, pese a lo denunciado por las defensas, las entradas se hicieron conforme a un «auto habilitante» que buscaba hallar pruebas de lo que los investigadores conocían hasta ese momento sobre los servicios prestados por Villarejo a título privado. «La unidad policial no va a pescar, va a buscar todos los documentos que acrediten las múltiples contrataciones», ha subrayado.
De hecho, ha querido enfatizar que la mayoría de los documentos que finalmente forman parte de ‘Tándem’ –integrada por más de una treintena de piezas separadas– no se incautaron «esa noche» del 2 al 3 de noviembre, sino que fruto de las pesquisas posteriores se fueron efectuando nuevos registros donde se intervinieron más audios y agendas, entre ellos los que nutren ‘Iron’, ‘Land’ y ‘Pintor’.
En esa primera inspección, la Policía «se llevó solo el 1% del papel que había en el domicilio porque no se buscaba todo, se buscaba lo que se buscaba», ha recalcado. Serrano ha hecho hincapié en que en la casa de Villarejo se encontró una mochila con documentos debajo de la cama y los agentes no la cogieron entera, sino que los miró y se adueñó únicamente de los relacionados con «lo que se estaba pescando».
UN «DVD MAESTRO»
Ha rebatido asimismo el argumento de Villarejo de que esas charlas no pueden ser usadas como prueba de cargo debido a su doble condición de policía y abogado. Serrano se ha negado a concederle el «disfraz» de agente de la ley cuando, presuntamente, estaba abusando de este estatus, al tiempo que ha rechazado que puedan estar protegidas por el secreto profesional entre letrado y cliente, dado que las personas que acudían al comisario no lo hacían para contratar servicios jurídicos. Son «absolutamente lícitas», ha dicho.
Igualmente, ha desechado las dudas arrojadas por las defensas acerca de la posibilidad de que esos audios estén manipulados porque, según dicen, no se respetó el protocolo fijado por el juez para proceder a dichos registros y a la incautación, preservación y volcado de los dispositivos electrónicos que se pudieran encontrar en el mismo. A este respecto, ha garantizado que «no hay ruptura de la cadena de custodia» y, por tanto, no se puede cuestionar la veracidad de su contenido.
Por otro lado, ha desestimado las peticiones generalizadas de nulidad planteadas por las defensas por falta de acceso a las actuaciones. Todas ellas, ha manifestado, se encuentran recogidas en un «DVD maestro» con la relación de todo el material incautado.
En este punto, el fiscal ha contestado específicamente a las quejas de Villarejo por el hecho de que aún no se le han devuelto sus cuadernillos manuscritos y que solo ha tenido acceso a ellos físicamente en el Juzgado Central de Instrucción Número 6 o a través del resumen que la Policía ha hecho de sus numerosas anotaciones a lo largo de los años para reflejar solo las relevantes para la causa.
«Las agendas son piezas de convicción», ha declarado Serrano, si bien ha recordado que contienen «cuestiones íntimas que no deben difundirse», por lo que se ha opuesto a que sean incorporadas en su totalidad a la causa, coincidiendo con el juez instructor en que solo deben figurar en la medida que indican los oficios policiales.
Serrano lo ha explicado indicando que las agendas de Villarejo «estaban trufadas de minas» y que los investigadores han tenido que bajar a la mina del material probatorio para «picar piedra» en busca de indicios mientras intentaban evitar que les explotara alguna de las «minas» anotadas por el comisario.
A su juicio, la intención de los acusados de que se les permita tener pleno acceso a las agendas para rastrear en ellas apuntes que puedan exculparlos «sí que es ir a pescar, pero sin caña sin anzuelo y sin cebo».
VILLAREJO, EL «ESPÍA»
Serrano ya había avanzado al inicio de su intervención que la Fiscalía se iba a oponer a todas las cuestiones de nulidad que han aducido las defensas porque «no se dan ninguna de las disfunciones que pudieran conducir a que este juicio no sea un juicio justo para los acusados».
No obstante, ha querido centrar el tiro respondiendo a las hipótesis conspiradoras apuntadas por el comisario. «No negamos que Villarejo sea espía», ha admitido, para rematar: «Lo que nos interesa es si aprovecha esa función autorizada para lucrarse. Eso es lo que es absolutamente intolerable y reprochable».
De esta forma, ha concedido que el grupo empresarial de Villarejo, CENYT, pudiera ser una estructura autorizada para que desarrollara sus «funciones específicas de Inteligencia», si bien desde el momento en que el comisario empezó a llenarse los bolsillos con ello, ha expuesto, habría comenzado a operar como una «organización criminal».