Los calamares son los moluscos más consumidos en España y no es de extrañar que así sea, pues gracias a su sabor y versatilidad, se encuentra presente en gran variedad de platos. Si hay algo que son es sabrosos; sin embargo, se debe reconocer que conseguir el punto de cocción ideal en el que queden tiernos, pero no chiclosos, puede convertirse en algo bastante complicado de alcanzar.
Con una carne de consistencia suave cuando se encuentra cruda, el calamar puede pasar fácilmente a percibirse como una especie de goma o excesivamente blando. Es por eso que hoy te voy a contar dos trucos que te permitirán disfrutarlos tiernos y con una consistencia perfecta.
1Cómo comprar calamares de calidad
Lo primero que debes tener en cuenta, es que al momento de comprarlos frescos, es importante observar muy bien su calidad, pues quedarán perfectos según su frescura.
Los calamares son fáciles de conseguir en los mercados en cualquier momento del año; no obstante, debes distinguir cuando te encuentras frente a ejemplares frescos. Lo primero que debes observar es su piel. Esta debe ser de color crema y con algunas manchas de color pardo-rojizas. Si estás manchas lucen de color rosáceo, será mejor evitar comprarlos, ya que la presencia de este color indica que tienen mucho tiempo de haber sido pescados.