El director general de Salud Pública del Gobierno de Aragón, Francisco Javier Falo, ha manifestado que están trabajando en «pulir» los «desajustes» en la aplicación del pasaporte COVID, en vigor en esta comunidad autónoma desde el pasado 25 de noviembre, y se analiza la posibilidad «de generalizar alguna aplicación para hacer el control».
En declaraciones a los medios de comunicación, tras participar en el acto institucional con motivo del Día Mundial de la Lucha contra el Sida 2021, en el Parque Bruil de Zaragoza, ha opinado que el pasaporte está funcionado «razonablemente bien», aunque «tiene sus dificultades», como, por ejemplo, concretar «qué es una celebración social» –uno de los casos en los que se exige, así como para el ocio nocturno y los eventos multitudinarios–.
Además, ha comentado que también barajan ampliar su obligatoriedad para acceder a más espacios, como lugares interiores «donde hay riesgo de contagio» o «donde hay personas vulnerables; le estamos dando vueltas», una medida que debería implementarse «en los próximos días» o «en pocas semanas».
Falo ha precisado que todas las comunidades autónomas están «aprendiendo» de lo que se va publicando, para remarcar que el pasaporte COVID es una medida «que ha venido para quedarse durante un tiempo, no es cuestión de dos semanas» y por eso es conveniente «hacerlo cada día mejor».
Sobre la posibilidad de exigirla para acceder a las estaciones de esquí, ha apuntado que no se ha barajado «hasta el momento», pero que se podría valorar «con las propias estaciones».
Ha subrayado que la práctica del esquí no es una actividad que implique un alto riesgo de transmisión, pero sí que supone una mayor movilidad de personas de diferentes territorios y, alrededor de esta actividad, también hay «espacios de ocio y contacto social intenso»y «ahí tendremos que extremar la prudencia».
NO SE HA PARALIZADO
Falo ha precisado que los autos judiciales, tanto en Aragón, como en otras comunidades autónomas, suponen que esta medida «sigue avanzando» ya que en las últimas semanas «no se ha paralizado».
A su entender, es una «herramienta más», «razonable y proporcionada», que se ha de sumar a otras, como la precaución y las medidas higiénicas, el uso de la mascarilla, la distancia social, la ventilación, preferir espacios abiertos e «intentar ser prudentes en los contactos sociales».
Asimismo, ha estimado que el pasaporte COVID está produciendo uno de los efectos deseados, el incremento de personas que se han citado para vacunarse, ya si bien hasta hace poco, se administraban unas 700 primeras dosis semanales en Aragón, según datos de este martes, en la última semana han sido 4.000, lo que supone «multiplicar más que por cuatro».
En el caso de las segundas dosis, la demanda «se han multiplicado por tres», en el caso de personas «que, por la razón que fuera, habían renunciado a ponérsela», ha dicho el director general, que ha reconocido que es un efecto que se dará sobre todo en las primeras semanas.