Alianza por la Solidaridad-ActionAid, que forma parte de la campaña global People’s Vaccine Alliance, reclama la total liberación de las patentes de las vacunas y medicamentos para frenar esta pandemia, facilitando su producción y distribución global.
El organismo recuerda que la iniciativa COVAX de la Organización Mundial de la Salud (OMS), puesta en marcha para promover la donación de dosis, ha demostrado ser absolutamente insuficiente para garantizar un suministro equitativo y justo en todo el mundo. Hasta el momento, COVAX, que implica a 144 países, tan sólo ha repartido, según sus cifras, unos 563 millones de dosis, mientras que la UE -para 447 millones de europeos- ha adquirido ya más de 2.000 millones.
En países, con los que se están cancelando vuelos, como Mozambique, con 28 millones de habitantes, según la web de COVAX se han enviado poco más de 400.00 dosis -son dos per cápita- y en Botsuana apenas han recibido unas 20.000 dosis por esta vía. En este país, donde se han detectado uno de los primeros casos de la variante ‘omicrón’, tan sólo se han vacunado 469.000 personas, un 20% del total.
Paralelamente, señala, «empresas farmacéuticas como Moderna, BioNTech y Pfizer están obteniendo ganancias astronómicas al mantener sus monopolios sobre las vacunas COVID de ARNm (en el caso de Moderna y BioNTech dejan más del 69% de beneficio) o pagar muy poco en impuestos, como está ocurriendo con Moderna y Pfizer (la primera ha pagado una tasa del 7% y la segunda del 15%). Gracias a monopolizar las patentes, las tres corporaciones obtuvieron más de 26.000 millones de dólares en ingresos en la primera mitad de este año».
Actualmente, la producción de vacunas para países en desarrollo está en manos de empresas de India, Estados Unidos y Sudáfrica. En el caso de India, el mayor fabricante es Serum Institute, que tuvo que dejar la producción de vacunas de Astra Zeneca para exportar en marzo pasado, tras la oleada de contagios en su país. Ahora, ha anunciado que retomará las exportaciones y proporcionará 200 millones de dosis a COVAX. Por su parte, la productora sudafricana, que trata de copiar la vacuna de Moderna, no cree que disponga de ella hasta septiembre de 2022.
Cristina Muñoz, directora de Alianza-ActionAid, señala que «las grandes compañías farmacéuticas priorizan sus propias ganancias. Ahora, podemos ver el resultado. Ya basta: debemos empezar a poner a las personas antes que a las ganancias». Por su parte, Maaza Seyoum, de People’s Vaccine Alliance en África señala que «los países ricos están comprando terceras dosis mientras la mayoría de los países africanos luchan por tener las primeras para sus médicos y enfermeras».
«Esta desigualdad causa muertes innecesarias y, como se ve, está produciendo nuevas variantes que amenazan la salud pública en todas partes y sólo para engordar las billeteras de los ejecutivos de las grandes farmacéuticas y los inversores corporativos. Nadie estará a salvo hasta que todos estén a salvo», añade.