Casi cuatro de cada diez personas en todo el mundo creen que a las personas que viven con el VIH no se les debe permitir trabajar directamente con aquellos que no tienen el virus, según se desprende de la ‘Encuesta mundial de la OIT sobre la discriminación por el VIH en el mundo del trabajo’, fruto de la colaboración entre la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la empresa de encuestas de opinión, Gallup International.
Publicado la víspera del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, que se celebra este miércoles 1 de diciembre, el estudio –realizado con encuestas a más de 55.000 personas en 50 países de todo el mundo, entre finales de 2020 e inicios de 2021– también refleja que hasta seis de cada diez personas apoya la prueba obligatoria del VIH antes de que se permita a las personas trabajar.
De este modo, la encuesta constata que, más de 40 años después de que comenzara la epidemia del SIDA, persisten «importantes estigmas y discriminación» relacionados con el VIH y arroja luz sobre las causas de la persistencia de estas reacciones en el mundo del trabajo.
En este punto, el estudio detalla que la estigmatización y las actitudes discriminatorias se ven alimentadas por la falta de conocimiento, mitos y conceptos erróneos sobre la transmisión del VIH. Así, precisa que solo una de cada dos personas sabía que el VIH no se puede transmitir compartiendo un baño y solo una de cada cuatro personas respondió correctamente a las preguntas sobre cómo se transmite el VIH.
Por otro lado, la visión que se tiene del virus y la enfermedad varía notablemente entre las diferentes regiones. Así, la tolerancia más baja para trabajar directamente con personas con VIH se encontró en Asia y el Pacífico, donde el 40 por ciento dijo que a las personas que viven con el VIH se les debería permitir trabajar con las que no tienen VIH, y en Oriente Medio y África del Norte donde el 42 por ciento dijo que a las personas que viven con el VIH se les debería permitir trabajar con las que no tienen VIH.
Las regiones más inclusivas fueron África oriental y meridional, donde casi el 90 por ciento de los encuestados dijo que debería permitirse trabajar directamente con personas con VIH, añade el estudio.
LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN
Por otro lado, los niveles educativos más altos también se asociaron con actitudes positivas hacia el trabajo con las personas que viven con el VIH. A nivel mundial, el 68 por ciento de las personas con educación terciaria estuvo de acuerdo en que se debería permitir trabajar directamente con personas que viven con el VIH, en comparación con el 39,9 por ciento de las personas que contaba con educación primaria.
«Resulta chocante que, tras 40 años de epidemia de VIH y SIDA, los mitos y las ideas erróneas sigan estando tan extendidos. La falta de datos básicos sobre cómo se transmite el VIH está alimentando el estigma y la discriminación» ha alertado Chidi King, jefe de la Sección de Género, Igualdad, Diversidad e Inclusión (GEDI) de la OIT.
«Esta encuesta es una llamada de atención para revitalizar los programas de prevención y educación sobre el VIH. El mundo del trabajo tiene un papel clave que desempeñar. El estigma y la discriminación en el lugar de trabajo marginan a las personas, empujan a las personas que viven con el VIH a la pobreza y socavan el objetivo del trabajo decente», añade.
Por su parte, el director de la Oficina de la OIT para España, Félix Peinado, señala que «la ciencia dice que es perfectamente compatible la convivencia de HIV y trabajo, y entre todos debemos hacer que esto sea una realidad palpable, sin que puedan existir discriminaciones de ningún tipo. Las personas temen lo que no conocen».
«Por eso, entre las acciones que la OIT propone para hacer posible el trabajo decente también a los trabajadores con VIH, resalta la información como una herramienta imprescindible para evitar cualquier tipo de estigmatización social y laboral», apostilla.
Finalmente, el informe ofrece una serie de recomendaciones, incluida la aplicación de programas sobre el VIH que aumenten el conocimiento de los trabajadores sobre la transmisión del VIH y disipen mitos y conceptos erróneos, la mejora del entorno jurídico y político en torno al VIH para proteger los derechos de los trabajadores o la abolición de las pruebas obligatorias del VIH en consonancia con la Recomendación de la OIT sobre el VIH y el sida.
También se insta a la mejora del acceso a la protección social y la lucha contra la violencia y el acoso que pueden surgir del estigma y la discriminación, y a la ratificación e implementación del Convenio de la OIT 190 sobre la violencia y el acoso.