- Bodegas NOC, el singular proyecto del empresario Carlos Galdón en los Montes de Toledo, presenta la primera añada de un vino inédito tanto por su procedencia como por su composición.
- NOC Brut Rosé 2018 es el primer rosado de Tempranillo elaborado mediante el método champenoise y compite en calidad con los mejores de su categoría dentro y fuera de nuestras fronteras.
Bodegas NOC es un proyecto disruptivo e innovador que nace del empuje del empresario Carlos Galdón y de su empeño en demostrar que hacer vinos frescos, elegantes, sutiles y de una calidad extraordinaria en Castilla-La Mancha es posible si se cuenta con los ingredientes necesarios. A saber: un enclave privilegiado, en el corazón de los Montes de Toledo, y un equipo humano de primera que dirige el prestigioso enólogo Ignacio de Miguel.
Pese a encontrarse en una de las comunidades autónomas más cálidas del país, Bodegas NOC posee las condiciones idóneas para la elaboración de grandes vinos. Sus dos viñedos, en Manzaneque (10 hectáreas) y en Los Yébenes (33 hectáreas), se elevan hasta los 1.000 m de altitud –son de los más altos de la región– y están situados en los Montes de Toledo: la zona geológicamente más antigua de la península que se beneficia de un clima más húmedo que las regiones vecinas –la meseta toledana al norte, La Mancha al este y el Campo de Calatrava al sur–, de una pluviometría superior a la media y de un terruño de suelos ácidos y PHs bajos que permiten hacer vinos con mucha frescura y acidez en plena Mancha, donde, por el contrario, los PHs son altísimos por el exceso de sol y la alcalinidad del terreno.
Un reto para sus creadores
Esa frescura se respira y se bebe en el nuevo NOC Brut Rosé 2018, un vino que, como todo el proyecto, ha sido un auténtico desafío para sus creadores. «Convencido del potencial del viñedo y las varietales, Carlos Galdón nos planteó el reto no solo de añadir un brut a la gama sino de diseñar un espumoso único capaz de convertirse en el mejor de España».
Y el resultado ha sido inmejorable. NOC Brut Rosé 2018 es el primer brut de los Montes de Toledo y el primer brut rosado de uva Tempranillo y su singularidad y nivel excelencia son el resultado, primero, de una materia prima de excepción y, segundo y en igual o mayor medida, del trabajo de Jaime Notó, uno de los enólogos de la bodega que proviene de Codorníu y fue uno de los creadores del icónico Anna de Codorníu.
Frutos rojos y recuerdos de panadería
NOC Brut Rosé 2018 procede de una vendimia temprana –la uva se recoge casi un mes antes que la Tempranillo que se usa para los tintos y el rosado de la bodega– con la que se consigue reforzar la acidez del vino base y potenciar el carácter varietal de la referencia. La vendimia se realiza además de forma manual, lo que permite seleccionar una a una las mejores uvas para un resultado impecable. Al realizarse por el método champenoise, tiene lugar una primera fermentación en depósito de acero inoxidable y una segunda en botella a la que sucede una crianza sobre lías más larga de lo habitual en este tipo de vinos: de entre 12 a 18 meses que marcarán en cata las notas de panadería y la untuosidad en boca.
Para Ignacio de Miguel, director de la bodega y firme defensor del potencial vinícola de la zona, «en un vino tranquilo la uva, el terruño y el clima son un 50 % del producto final; pero en un espumoso el 80 % de su carácter depende del trabajo del enólogo». Jaime Notó, que ha diseñado a lo largo de su trayectoria miles de millones de botellas de brut, es el último responsable de la elegancia y finura de NOC Brut Rosé, cuyo carácter viene marcado en gran medida por el líquido de expedición. «Es el secreto mejor guardado de un enólogo –asegura De Miguel– y, aunque apenas representa 5 mililitros por botella, marca mucho la personalidad del vino». Notó utiliza para él elaboraciones ad hoc, vinos de ensayo y las barricas más especiales de la bodega.
Versatilidad y sabor
Además, NOC Brut Rosé 2018 responde a los gustos particulares de su autor: «un vino se huele, pero sobre todo se bebe», afirma el enólogo, y por eso la nueva etiqueta de Bodegas NOC tiene más peso en boca que nariz. Es redondo, vínico, sin el amargor de los espumosos franceses o catalanes y con el equilibrio perfecto entre acidez, azúcar y alcohol.
En definitiva, es un vino de color salmón brillante, aromas a frutas rojas con toques de pastelería y, en boca, equilibrado, fresco y frutal, con una burbuja muy delicada, un agradable final que invita a seguir bebiendo y, sobre todo, versátil: es perfecto tanto como aperitivo como para maridar con cualquier comida de principio a fin o para tomar una copa en la sobremesa o la velada.