Así como el cuerpo te puede pedir cosas dulces, también hay momentos donde se te apetece comer cosas saladas. Es algo normal, pero desde luego, con la ingesta de la sal se te viene la sed luego de haber probado el alimento que querías. Existen muchas teorías sobre la sal, y el hecho de que promueve las ganas de tomar líquidos. Algunos afirman que, en lugar de acelerar la sed, conduce más bien a que tengas más hambre. Sin embargo, hay una realidad en todo esto, y es que mientas más sal tomes más ganas beber agua te surgen. Y, como ya sabes, es un riesgo para tu salud que la alimentación sea alta en este ingrediente.
7Hay un análisis más a fondo que explica cómo y bajo qué circunstancias puedes tener sed
Ya queda claro que las comidas saladas aceleran la sed. Es por eso que, no más acabas tu plato tiendes a buscar algún líquido. Sin embargo, el argumento no se queda nada más en este hallazgo. Sino que, desde la Universidad de California, han sacado a flote el modelo de regulación homeostática de la sed. Este no es un supuesto teórico nuevo, ya que lleva casi un siglo en estudios. Aún así, todo parece indicar que, las neuronas pueden abrir paso a la sed si hay mucha sal en la sangre.