Así como el cuerpo te puede pedir cosas dulces, también hay momentos donde se te apetece comer cosas saladas. Es algo normal, pero desde luego, con la ingesta de la sal se te viene la sed luego de haber probado el alimento que querías. Existen muchas teorías sobre la sal, y el hecho de que promueve las ganas de tomar líquidos. Algunos afirman que, en lugar de acelerar la sed, conduce más bien a que tengas más hambre. Sin embargo, hay una realidad en todo esto, y es que mientas más sal tomes más ganas beber agua te surgen. Y, como ya sabes, es un riesgo para tu salud que la alimentación sea alta en este ingrediente.
10Los líquidos pueden detener la actividad celular
Cuando consumes muchas comidas saladas tu cerebro se activará. Es más, las células que están vinculadas a la sed dejarán de estar en funcionamiento cuando haya alguna ingesta de líquidos. En definitiva, los expertos han detectado que ese círculo de la sed se activa y puede desactivarse en función de lo que comes y bebes. Pero si son alimentos con mucha sal, es evidente habrá un desajuste en tu torrente sanguíneo, que inmediatamente puedes acabar tomando líquidos fríos. El consejo: no tomes tanta sal.