Las claras montadas son una de las preparaciones más simples que puede haber en la cocina y que son la base para una gran cantidad de preparaciones dulces y saladas. Aunque son utilizadas especialmente en la repostería para hacer merengues, mousses y bizcochos, las claras de huevo montadas tienen su protagonismo también en recetas saladas como un rico suflé, o el famoso huevo nube.
Para que las puedas preparar con cero errores y puedas reconocer fácilmente cuando están en el punto perfecto, tienes que conocer todo lo que estoy por contarte.
3La importancia del estado de las claras
Las claras frescas y al natural montan mucho mejor. Sin embargo, hay casos muy específicos, como por ejemplo, el merengue francés, en el que las claras se preparan crudas y no se les añade calor de ningún tipo. En este caso, lo mejor es usar claras pasteurizadas y así evitar riesgos asociados al consumo del huevo crudo, como la salmonella.
Del mismo modo, si los huevos son muy frescos (puestos por la gallina el mismo día) será mejor envejecerlos un poco para que desarrollen la albúmina antes de montarla. Simplemente, separa la clara de la yema y ponla en un recipiente hermético dentro de la nevera hasta el día siguiente. De este modo espumará mucho mejor.