El ciclo de gestión integral del agua abarca todas las actuaciones encaminadas a obtener, distribuir y reciclar el líquido elemento.
La primera fase, la captación, se realiza en ríos, embalses, pozos, manantiales y desalando en algunos casos.
La distribución hasta las plantas de tratamiento y, luego, hacia los puntos de consumo, se canaliza intentando evitar fugas y pérdida de calidad por deterioro de las cañerías.
En las plantas de tratamiento, se realizan procesos físicos y químicos que incluyen la desinfección para utilizarla con garantías sanitarias.