Un equipo internacional en el que participan científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) ha realizado un estudio que confirma la presencia de nueve elementos químicos regulados por su peligro potencial para la salud y los ecosistemas, en plásticos recogidos en 39 playas de varios lagos suizos.
Los investigadores señalan que el hecho de encontrar mercurio, que lleva décadas prohibido en Suiza y en el resto de Europa, permite demostrar al «persistencia de los plásticos en los sistemas acuáticos.
En concreto, la investigación que se publica en la revista ‘Environmental Monitoring’ detectó en estas muestras nueve compuestos químicos, entre ellos, arsénico, bario, mercurio, plomo o cromo.
El trabajo, en el que también participan la Universidad de Ginebra y la Universidad de Plymouth, han analizado por fluorescencia de rayos X la presencia de nueve elementos: arsénico, bario, bromo, cadmio, cromo, mercurio, plomo, antimonio y selenio en objetos y fragmentos de plásticos recogidos entre marzo y abril de 2019.
«Hasta ahora, los plásticos que terminan en masas de agua dulce como los lagos o los ríos se han estudiado menos que los encontrados en el mar. Lo que nos propusimos fue analizar los de tamaño medio y grande para ver qué elementos químicos existían en ellos», explica el investigador del MNCN Juan Carlos Rodríguez Murillo.
Los elementos que han detectado están presentes en los plásticos porque se utilizan como pigmentos o aditivos que permiten modificar cualidades físicas como su densidad, resistencia y flexibilidad, o como agentes ignífugos. Otros provienen de la síntesis del material.
Como era previsible, la cantidad de plástico encontrado fue más abundante en los puntos cercanos a la desembocadura de algunos ríos en los lagos. Más de la mitad de los casi 600 fragmentos de plásticos analizados contienen bario, y una tercera parte contienen plomo y/o cromo, con concentraciones que pueden alcanzar un 2 por ciento de la masa del fragmento.
«Hemos detectado aditivos, como el mercurio, cuya utilización en plásticos hace décadas que se prohibió en Europa, y otros como el cadmio y el plomo que no se usan en los plásticos hoy en día, lo que nos indica la persistencia de los plásticos en los lagos y debería alertarnos de los efectos que estos elementos pueden tener sobre la fauna y la flora», puntualiza Rodríguez Murillo.
El científico destaca además, que la investigación, además de complementar lo que ya se estudió en el lago Lemán, debería tenerse en cuenta para mejorar la gestión de los plásticos o reflexionar sobre su utilización excesiva».