El pollo es una fuente de proteína animal con alto valor biológico para nuestro organismo; es rico en vitaminas y minerales esenciales para el buen desarrollo de nuestro cuerpo y es una de las carnes más consumidas en el mundo debido a lo fácil de preparar. Esta carne blanca es muy versátil para la elaboración de las más variadas recetas.
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Como fuente de alimentación el pollo tiene muchas ventajas, ya que es fácil de conservar; es una de las carnes más económicas, es fácil de digerir y su sabor en cualquier presentación es increíble. Además la facilidad de su cría y producción, facilita que pueda ser criado de manera autónoma o por criaderos campesinos que permiten que sea mucho más accesible.
Si bien el pollo es sumamente delicioso y versátil, también es cierto que este ha sido responsable de algunas enfermedades de transmisión alimentaria. Sobre todo al encontrarse crudo, este puede contener virus y bacterias muy contagiosas si no es manipulado de la manera correcta.
Bacterias del pollo
Entre las bacterias que puede transmitir este alimento se encuentra la salmonella, el campylobacter, el clostridium, la E. coli entre otras. Estas pueden producir enfermedades gastrointestinales graves y la sintomatología puede ir desde vómitos, cólicos, fiebre, heces con sangre y deshidratación, por lo que se debe acudir rápidamente al médico.
Para la correcta manipulación de esta carne, desde el momento de su compra hasta la forma de descongelarse, hay una serie de consejos de gran importancia que debes tener en consideración.
La mayoría de las intoxicaciones alimentarias obedecen principalmente al mal manejo de los alimentos. Y la falta de medidas higiénicas básicas al manipular alimentos como el pollo, pueden desencadenar en graves problemas de salud.
¿Se debe o no lavar?
El punto de discusión ha sido sobre lavar el pollo y es que muchos entran en contradicción porque aseguran que este no debe lavarse. Mientras que otros aseguran que es fundamental hacerlo.
Hay una razón por la que no recomiendan lavar el pollo y se debe a que las bacterias que este contiene en su carne y en sus jugos proliferaran fácilmente por todas las superficies con las que hagan contacto. Y e
Simplemente se debe cortar el pollo en una tabla específica para ello, separar las piezas que vas a usar de las que vas a congelar y lava muy bien con agua tibia y suficiente jabón la tabla, tus manos y todas las superficies.
James E. Rogers, PhD, director de seguridad alimentaria y pruebas de Consumer Reports, asegura que lavar el pollo es igual a aumentar las posibilidades de intoxicación alimentaria. Frente a esto, recomienda que si hay algo en el pollo que desees quitar, solo se debe dar palmaditas con una toalla de papel húmeda. Posteriormente se debe lavar las manos inmediatamente.
Además y siempre que no vayas a utilizarlo de inmediato, congela el pollo. Esta carne nunca debe estar a temperatura ambiente por un tiempo mayor a 2 horas. Con relación a la temperatura idónea para congelarlo, esta debe ser de 4°C; así mismo, debes guardarlo en envases completamente herméticos que impidan la entrada de aire; de esta forma evitarás zonas “quemadas” que se observan en los cambios de color.
¿Pero qué pasa si decido lavar el pollo?
En caso que la decisión sea lavarlo y bajo el propio riesgo, algunos aseguran que usar abundante agua y vinagre. Lavar pieza por pieza con cuidado y congelar en bolsas o envases inmediatamente.
Algunos prefieren lavar con agua caliente o agua extremadamente congelada y aderezar de una vez para guardar. Queda al gusto de cada quien cómo hacerlo.
Para evitar contaminación e intoxicación a la hora de cocinar el pollo, la FSA recomiendan siempre cubrir y refrigerarlo. De forma preferente en la parte inferior de la nevera, ya que si gotea no afectará a otros alimentos.
Después de cortar y manipular el pollo, lava todos los utensilios con agua y jabón para la próxima vez que cocines.
Con frecuencia y sin quererlo, muchas veces mientras se manipula el pollo enjuagas tus manos solamente por agua y prosigues con el resto de actividades que llevabas a cabo en la cocina. Esto es un error que debes evitar a toda costa.
Siempre que toques esta ave cruda, lava muy bien tus manos con agua tibia y jabón antes y después de hacerlo.
Luego de todo el procedimiento y como ya hemos mencionado es fundamental congelar la carne puesto que no puede estar sin congelar más del tiempo correspondiente. Recuerda que además de estar crudo , la exposición de la carne a una temperatura no acorde lo que haría es descomponer el pollo.
Así que es fundamental que tras el procedimiento se congele de inmediato. Recuerda que si hay mal olor o notas que la carne está de un color nada agradable, debes desechar. Si consumes la carne descompuesta puede ocasionar daños a nivel estomacal.