La OMS y líderes mundiales piden avanzar en la eliminación del cáncer de cuello uterino

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha unido este miércoles a varios líderes mundiales para conmemorar el Día de Acción para la Eliminación del Cáncer de Cuello de Útero e instar al desarrrollo de nuevas iniciativas para acabar con esta devastadora enfermedad, que se cobra la vida de más de 300.000 mujeres cada año.

«Al igual que en el caso de la COVID-19, el acceso a herramientas que es limitado, ya que las mujeres y las adolescentes de los países más pobres se ven privadas de instalaciones de cribado clínico, vacunas contra el virus del papiloma humano (VPH) y tratamientos que las de los lugares prósperos dan por sentado», ha lamentado la OMS en un comunicado.

Así, denuncian la «disparidad» entre las muertes por cáncer de cuello uterino en los países de altos ingresos en comparación con los de bajos ingresos, ya que 9 de cada 10 muertes por cáncer de cuello uterino se producen en países de ingresos bajos y medios.

En la última década, los fabricantes de la vacuna han inclinado la oferta hacia los lugares más ricos. En 2020, solo el 13 por ciento de las niñas de entre 9 y 14 años de edad en todo el mundo estaban vacunadas contra el VPH, el virus que causa casi todos los casos de cáncer de cuello uterino. Alrededor de 80 países (que albergan casi dos tercios de la carga mundial de cáncer de cuello uterino) aún no han introducido esta vacuna que salva vidas.

«El cáncer de cuello uterino causa un inmenso sufrimiento, pero es casi completamente prevenible y, si se diagnostica a tiempo, es uno de los cánceres que se pueden tratar con más éxito. Tenemos las herramientas para que el cáncer de cuello uterino pase a la historia, pero solo si ponemos esas herramientas a disposición de todos los que las necesitan. Junto con nuestros asociados en la iniciativa de la OMS para la eliminación del cáncer cervicouterino, eso es lo que pretendemos hacer», ha resaltado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

La OMS recuerda que el riesgo de cáncer de cuello uterino se multiplica por seis en las mujeres que viven con el VIH, pero muchas no han tenido acceso a la vacunación o a las pruebas de detección.

Tedros ha aplaudido a los países que han adoptado formas innovadoras para aumentar el acceso a las tecnologías y servicios que pueden detener el cáncer de cuello uterino durante la pandemia de COVID-19. El año pasado se introdujo la vacuna contra el VPH en siete países (Camerún, Cabo Verde, El Salvador, Mauritania, Qatar, Santo Tomé y Príncipe y Tuvalu), con lo que el número total de países asciende a 115.

Algunos países formaron a personal sanitario con dispositivos portátiles más nuevos para la ablación térmica de precánceres. Otros han ampliado el uso de la automuestra para detectar anomalías cervicales para permitir a las mujeres recoger su propio hisopo.

«Esta opción puede reducir el estigma de las mujeres, facilita el acceso a las que viven lejos de los centros de salud y ayuda a los centros de salud congestionados a mantener servicios seguros respetando las medidas de seguridad de COVID-19. La muestra recolectada por la propia mujer puede ser analizada en las mismas plataformas de laboratorio en las que los países han estado invirtiendo para apoyar las pruebas de PCR para COVID-19», explica el organismo sanitario internacional de Naciones Unidas.

En cualquier caso, advierten de que «se han producido contratiempos»: «El acceso a los servicios de cribado ha disminuido para muchas mujeres y, en una encuesta reciente, el 43 por ciento de los países informaron de trastornos en el tratamiento del cáncer. Mientras tanto, las tasas de vacunación contra el VPH en todo el mundo cayeron del 15 en 2019 al 13 por ciento en 2020, en medio de las interrupciones de los servicios de salud y el cierre de las escuelas».