Las patatas fritas son uno de los snacks y guarniciones favoritos de niños y adultos. ¿Qué sería de un buen cachopo sin su buena guarnición de crujientes patatas?, o, de esas tardes en las que se antoja una merienda y lo que tenemos son patatas y las aprovechamos fritas con un poco de ketchup y sal.
Lo cierto es que las nobles patatas fritas son fáciles de hacer, sabrosas, llenan de energía y caen bien en cualquier momento, pero… sí; el pero no puede faltar… están llenas de calorías que suman unos cuantos defectos a su rico sabor y versatilidad. Sin embargo, como todo tiene solución, existe un truco con el cual las puedes disfrutar sin ningún remordimiento. Te invito a conocer todo lo que se esconde en el rico placer de comerlas y cómo puedes hacerlas más saludables.
1La dosis de energía que ofrecen las patatas fritas
Las patatas fritas no solo son ricas, sino que también tienen propiedades energizantes y se encuentran entre los cuatro primeros cultivos alimentarios más grandes del mundo, compartiendo lugar con el trigo, arroz y maíz, los cuales se encuentran presentes a diario en las mesas de millones de hogares.
Gracias a sus aportes de carbohidratos, este tubérculo aporta una buena dosis de energía a tu cuerpo y además, son una fuente magnífica de fibra que contribuye a regular las funciones digestivas y aunque no lo creas, también brinda vitamina C al organismo.