El alcalde de València, Joan Ribó, ha celebrado la designación de la ciudad para acoger los Gay Games en el año 2026, ya que «refleja el carácter de ciudad deportista e inclusiva«.
El primer edil ha recordado que se trata de una convocatoria internacional multideportiva organizada cada cuatro años la Federation of Gay Games con el objetivo de dar visibilidad a las personas LGTBI y consolidar la igualdad de derechos.
«Valencia es a la vez una urbe inclusiva y de diversidad, y una urbe amante del deporte, y ese carácter es el que queda de manifiesto en esta celebración de la igualdad que reunirá a numerosos deportistas en nuestra ciudad en el año 2026″, ha explicado el alcalde.
Por su parte, la concejala de Deportes, Pilar Bernabé, ha subrayado que, «después de celebrar ayer la designación de València como sede de los Gay Games 2026, a partir de hoy mismo empezamos a trabajar para crear un proyecto de futuro, el de una ciudad que avanza para ser destino de turismo LGTBI y para demostrar al mundo que es una ciudad diversa, acogedora, plural, y preparada para organizar eventos internacionales deportivos y culturales de primer nivel».
Valencia ha resultado ganadora después de un proceso de selección en el que quedó finalista junto a las ciudades de Munich (Alemania) y Guadalajara (México).
La candidatura valenciana, elegida por el comité organizador, incluía, además de la experiencia de la ciudad en la organización de eventos y las políticas de atención a la diversidad y de igualdad, cerca de un centenar de instalaciones deportivas y espacios culturales para albergar los Gay Games 2026.
«AUTORRESPETO»
Los Gay Games celebraron su primera edición en la ciudad estadounidense de San Francisco, en el año 1982, bajo la premisa de «promocionar y aumentar el autorrespeto de lesbianas y hombres gays del mundo y generar respeto y comprensión del mundo no gay, principalmente a través de la organización un evento internacional atlético y cultural abierto a la participación y realizado cada cuatro años, conocido habitualmente como Gay Games», según subraya la organización de los juegos.
En esta primera convocatoria compitieron atletas de un centenar de países, aunque con el paso de los años esta cifra inicial de participantes ha ido aumentando hasta superar los 10.000, y así mismo se ha ido incrementando el número de disciplinas deportivas.
Además de su importancia como herramienta de sensibilización y formación en conceptos como la inclusión y la igualdad, los Gay Games tienen también un importante impacto económico sobre las ciudades sede, que en el caso de Valencia, y tomando como referencia anteriores sedes donde se ha celebrado, como París, Ámsterdam o Toronto, podría superar los 130 millones de euros.