Cuando se quiere dar una textura crujiente a un empanado lo tradicional es usar harina y pan rallado; también el panko o la maicena suelen ser los protagonistas de las recetas que requieren de pasar por estos procesos para posteriormente freírse y disfrutarse. Seguramente en algún momento te ha pasado que te queda un trozo de pan y no sabes como aprovecharlo; y luego al preparar unas croquetas sales a la tienda a comprar pan rallado para rebozarlas.
Esto nos sucede a todos alguna vez y con más frecuencia de la que creemos. Lo cierto es que puedes aprovechar al máximo esos trozos de pan que te han sobrado y hacer en casa pan rallado para usarlo cuando quieras. Quédate y entérate de cómo puedes hacerlo sin complicaciones.
4Comienza por rallar el pan duro
Lo primero que debes hacer es rallar el pan para tenerlo perfectamente raspado. Esto será sencillo si se trata de un trozo de pan duro o viejo que ya está lo suficientemente seco como para deshacerse mientras lo pasas por el rallador de mano.
Si tienes una bandeja amplia realiza este paso allí, de forma tal que las pequeñas migas que se desprenden al rallar caigan dentro de la bandeja y no terminen desparramadas en la encimera o la mesa.