El jamón ibérico es uno de los mejores del mundo y es emblema de calidad del jamón español. Este manjar de la península es fácilmente reconocible apenas se prueba un bocado, pues su sabor dista de ser el que se acostumbra percibir de un jamón normal.
Aunque es fácil reconocerlo por su sabor, estemos claros en algo; al comprarlo entero e incluso al observarlo en lonchas, es posible confundirlo. Por esta razón, te contaré lo que debes tener en cuenta para evitar confusiones o caer en compras equivocadas.
7El color de la carne: al solo mirarla sabrás que es un jamón ibérico
La carne del jamón ibérico es de color intenso vibrante y sus vetas de grasa perfectamente infiltrada atraviesan el músculo de manera seductora y atractiva.
Mientras más puro es el jamón ibérico, más oscura es su carne, de hecho llegando a lucir de color rubí, hasta un color vino tinto. De solo notar este color sabrás que estás ante uno auténtico, ya que el serrano simplemente luce de color rojo pálido con inclinaciones al rosa y además, no presenta la infiltración de grasa emblemática del ibérico.