El jamón ibérico es uno de los mejores del mundo y es emblema de calidad del jamón español. Este manjar de la península es fácilmente reconocible apenas se prueba un bocado, pues su sabor dista de ser el que se acostumbra percibir de un jamón normal.
Aunque es fácil reconocerlo por su sabor, estemos claros en algo; al comprarlo entero e incluso al observarlo en lonchas, es posible confundirlo. Por esta razón, te contaré lo que debes tener en cuenta para evitar confusiones o caer en compras equivocadas.
5El precinto: una normativa anti fraude
Desde el año 2014 existe la regulación del etiquetado para evitar cualquier tipo de fraude al adquirir un jamón ibérico.
Los precintos son colocados cerca de la pezuña y el color de cada uno indicará la calidad del jamón. El color negro identifica al 100% puro bellota. Un color de precinto rojo a los jamones de bellota ibéricos no puros, el verde para aquellos que aun no siendo ibéricos al 100% se han criado en semilibertad y el blanco para los que han sido criados a base de piensos.
