Facebook ha rebatido una investigación de The Wall Street Journal y ha negado que 360 millones de usuarios sean adictos a la plataforma, señalando que adicción no equivale a uso problemático, y ha destacado sus medidas recientes para evitar estos usos nocivos.
La red social ha publicado un comunicado en el que aclara cuál era el enfoque de su último informe, en el que se estudiaban los «usos problemáticos» de su uso, con el fin de reprender a The Wall Street Journal por un artículo publicado en el que acusa a la compañía de promover la adicción al Internet.
Según esta publicación y en base a las conclusiones obtenidas por la red social fundada por Mark Zuckerberg, uno de cada ocho usuarios registrados en Facebook asegura que el uso compulsivo de las redes sociales repercute en su sueño, su trabajo o sus relaciones sociales.
Este dato, entre otras revelaciones, como que el 12,5 por ciento de los usuarios (alrededor de 360 millones de personas) habían desarrollado esta adicción, formaba parte de documentos internos a los que tuvo acceso este medio, que fueron proporcionados por la extrabajadora Frances Haugen.
Debido a estas acusaciones, Facebook ha querido aclarar cuál era la finalidad de este informe y ha acusado a The Wall Street Journal de tergiversar la información, asegurando que la red social cuenta con un equipo de profesionales que busca garantizar que utilicen sus aplicaciones de forma segura.
«Llevamos más de una década estudiando el bienestar y seguimos haciéndolo. La sugerencia de que este trabajo concluyó en 2019 no podría estar más lejos de la verdad. Así lo demuestran las diversas investigaciones que hemos publicado externamente desde entonces y nuestro mayor compromiso», ha indicado en este comunicado.
Con ello, ha acusado al periódico de «escoger selectivamente documentos internos de la empresa para presentar un relato que es sencillamente erróneo sobre cómo utilizamos la investigación para abordar una cuestión importante» y ha incidido en que buscan revelar los «usos problemáticos» de las redes.
«El uso problemático no es sinónimo de adicción. El uso problemático se ha utilizado para describir la relación de las personas con muchas tecnologías, como los televisores y los teléfonos inteligentes», ha añadido la compañía en este comunicado.
Con el fin de demostrar la legitimidad de su estudio, Facebook ha asegurado que se hizo con el fin de «comprender las diversas facetas del uso problemático y a desarrollar mensajes y herramientas más adecuadas para ayudar a las personas que utilizan nuestros productos», tal y como se apunta en este escrito.
Entre estas herramientas, Facebook ha destacado algunas que están a disposición del usuario desde 2018. Entre ellas, el control de las notificaciones, que incluye accesos directos para ayudar a gestionar estas alertas, entre las que se encuentra una opción para silenciarlas o eliminarlas de espacios como Marketplace, Grupos, Noticias o el Menú principal.
Además, ha mencionado el apartado ‘Your Time On Facebook’ (‘Tu tiempo en Facebook, en español), que permite administrar el tiempo que los usuarios emplean en esta red social mediante un sistema de recordatorios diarios y ofrece la oportunidad de silenciar las notificaciones ‘push’.