Las horas pasan y cada vez se hace más evidente que el barcelonismo está alucinando gracias al regreso de Xavi Hernández a su casa. Por fin, el FC Barcelona ha hecho oficial la vuelta de una de sus leyendas y máximos representantes al club; aunque en esta ocasión lo hará para sentarse en el banquillo y tratar de reconducir un equipo que inició muy mal la temporada. Tras la debacle protagonizada por Ronald Koeman, con esas dos derrotas seguidas ante Real Madrid y Rayo Vallecano, Joan Laporta no pudo dejar por más tiempo en el cargo al neerlandés; así que desde su despido se ha intentado el retorno del de Terresa hasta que al fin se ha conseguido.
Con la salida de Koeman vinieron muchas especulaciones y surgieron varios candidatos para tomar el puesto; no obstante, Laporta estaba claro que el nombre principal era el de Xavi. Todo el orgullo que tenía el mandatario culé y esas dudas que pesaban por la falta de experiencia que le veía al ya exestratega del Al-Sadd quedaron de lado, pues quería arroparse de su barcelonismo. El regreso del catalán significa la vuelta del ADN Barça, del juego de toque y posesión y de ese cruyffismo romántico que tanto gusta a los aficionados; pero más que nada de un hombre que ama al club por sobre todo lo demás y tratará de que se recupere.
9La espera se hizo eterna
Dado que Laporta decidió no viajar personalmente a Qatar y mandó una delegación, las negociaciones tardaron más de lo esperado; incluso la intervención de Xavi fue más de lo que se esperaba, pero fueron claves sus reuniones con el jeque para destrabar las cosas. Pese a eso, que el acuerdo no se haya hecho oficial hasta las 1:45 horas de la madrugada da entender lo difícil y desesperante que fue; porque si bien era un secreto a voces su fichaje, el esfuerzo para hacerlo realidad si que fue máximo.