Cuando hablamos de infusionar la leche, bien vale la pena recordar el principio básico de una infusión. Y es que, sabemos que cuando preparamos una infusión para beber en forma de té, seguimos algunos pasos para extraer el sabor del ingrediente (limón, naranja, menta) sin llegar a hervirlos, y así aprovechamos al máximo el sabor de estos elementos sin destruir sus propiedades con el calor.
Infusionar la leche es una de las prácticas más elementales en el momento de hacer un postre que requiera de este ingrediente lácteo; y haciéndolo, el sabor del dulce se magnifica quedando de un sabor realmente impresionante. Si quieres hacer esta técnica de manera perfecta y llenar tus preparaciones de aroma y sabor, quédate hasta el final para que te enteres de lo que estoy por contarte.
5¿Qué hacer con la capa que se forma sobre la leche?
A diferencia de las infusiones en agua, durante la infusión en leche se comienza a formar una especie de espuma o nata en la superficie.
Esta especie de nata puedes integrarla sin problema a la leche con tan solo removerla. No obstante, si prefieres retirarla, ayúdate con una cucharilla y sácala con cuidado para no terminar desechando parte de la leche también.