Un nuevo informe de la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alabado la limitación de los copagos farmacéuticos en España pero ha reclamado aumentar la cobertura pública tanto de la atención bucodental como de la óptica.
El documento, elaborado por un grupo de expertos españoles de diversas afiliaciones, entre ellas el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS), apunta que a pesar del deterioro de la situación durante y después de la crisis financiera de 2008, la población española tiene menos probabilidades de sufrir dificultades financieras a causa de los costes sanitarios que los habitantes de la mayoría de los países de la Unión Europea (UE) gracias al diseño protector de la cobertura sanitaria del Sistema Nacional de Salud (SNS).
«Me complace ver que España está liderando el camino en Europa. Estos son resultados positivos y alentadores que demuestran que la limitación del uso de copagos y medidas prácticas como la reducción de los copagos de los medicamentos para enfermedades crónicas, la exención del copago para grupos desfavorecidos y la introducción de topes mensuales a los copagos basados en los ingresos, contribuyen en gran medida a proteger a los hogares españoles de las dificultades financieras. Cuando los gobiernos diseñan cuidadosamente las políticas de cobertura y las hacen inclusivas, las personas tienen mayor capacidad para acceder a los servicios sanitarios y satisfacer sus otras necesidades básicas», ha declarado en rueda de prensa este jueves el director regional de la OMS para Europa, Hans Henri P. Kluge.
El máximo dirigente de la OMS en Europa ha resaltado que España «es un ejemplo a seguir para el resto de Europa» en este asunto. «En primer lugar, España es un campeón en la cobertura sanitaria universal, especialmente después de haber restaurado la universalidad en 2018», ha destacado.
Otro «factor clave», a juicio de Kluge, es que el derecho de asistencia sanitaria «se basa en la residencia y no en la situación de la Seguridad Social». «Al contrario que en muchos otros países, los inmigrantes indocumentados obtienen las mismas prestaciones que los residentes. Además, el SNS tiene muy pocos copagos para la asistencia sanitaria y, en el caso de que haya, están cuidadosamente diseñados para ser protectores», ha señalado.
En segundo lugar, Kluge ha alabado que España «ha aprendido de la experiencia de las crisis económicas pasadas». «A pesar de que durante los años de la crisis financiera de 2008 se redujo el gasto de la sanidad pública, se limitó el acceso a la asistencia sanitaria de los inmigrantes y se aumentaron los copagos para las personas mayores, algunas de estas políticas se han revertido desde entonces, empezando por la restauración en 2018 de los derechos de los inmigrantes a la asistencia sanitaria y la exención de los copagos, que benefició a seis millones de personas», ha aplaudido.
En este sentido, ha celebrado que España «opta por priorizar a los más necesitados a través de nuevas exenciones de copago». «Es una opción política y es la opción correcta», ha afirmado, sosteniendo que «España predica con el ejemplo».
Kluge ha insistido, no obstante, que las recomendaciones de la OMS son «seguir aumentando el gasto público en Sanidad y utilizar los nuevos recursos con mucho cuidado para reducir los copagos de los hogares con rentas bajas; ampliar la cobertura de la atención dental y óptica empezando por los más necesitados; y eliminar las barreras administrativas para los inmigrantes indocumentados y los solicitantes de asilo».
EL EFECTO DE LA CRISIS EN LA POBLACIÓN
Los autores del informe, entre ellos Rosa M. Urbanos-Garrido, presidenta de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), y Enrique Bernal-Delgado, del IACS, han explicado que la crisis financiera en España tuvo un efecto significativo en la capacidad de los ciudadanos para pagar los servicios sanitarios, según el informe.
Según el informe, entre 2008 y 2014, las dificultades financieras causadas por los costes de la atención sanitaria (gasto sanitario catastrófico, es decir, pagos directos que son grandes en relación con la capacidad de un hogar para pagar la atención sanitaria) aumentaron.
Urbanos-Garrido ha detallado que la incidencia del gasto sanitario comenzó a descender en 2016, pero sigue estando por encima de los niveles anteriores a la crisis. De hecho, según los datos que ha aportado, en 2019 unos 300.000 hogares (1,6%) experimentaron un gasto sanitario catastrófico.
En cualquier caso, el documento de la OMS ha constatado que varios aspectos de la política de cobertura del SNS protegen a las personas de las dificultades financieras, como que está basada en la residencia; que la cartera de servicios cubre una «gama relativamente amplia» de servicios sanitarios, con «muy poca variación regional en las prestaciones y una distribución uniforme de los centros sanitarios en todo el país». «Por ejemplo, tener un modelo descentralizado hace que tengamos infraestructuras sanitarias repartidas, lo que facilita el acceso, y eso es bastante importante», ha manifestado.
Además, el informe aplaude que muchos servicios sanitarios son gratuitos en el punto de uso, es decir, que no hay copagos por consultas, pruebas diagnósticas o atención hospitalaria. Y en el caso de cuando los copagos se aplican, se puntualiza que «hay muchas medidas de protección», como copagos reducidos y un tope de 4,24 euros por medicamento para la mayoría de los medicamentos para enfermedades crónicas; exenciones de copagos para grupos de personas desfavorecidas, que se han ampliado desde 2020; y un tope basado en los ingresos para los medicamentos recetados para la mayoría de los pensionistas.
LA ‘RECETA’ DE LA OMS PARA ESPAÑA
A pesar de las fortalezas de las políticas de cobertura del SNS, el informe constata que existen «importantes deficiencias» en la cobertura, ya que la atención dental y óptica por parte del Sistema Nacional de Salud «es limitada, lo que provoca dificultades financieras a las personas con problemas dentales o de visión».
«Los tiempos de espera para las consultas y las intervenciones quirúrgicas en la atención secundaria son otro reto persistente y creciente. Las barreras administrativas también pueden limitar el acceso a los servicios del SNS, por ejemplo, para los inmigrantes en situación no regularizada, los extranjeros legalmente reagrupados con familiares que residen en España y los solicitantes de asilo», explica el texto.
Por ello, la OMS establece una serie de recomendaciones políticas para mejorar el acceso y la protección financiera en España, entre las que se encuentran, en primer lugar, ampliar la cobertura de la asistencia dental, la atención óptica y los audífonos.
Igualmente, instan a «mejorar aún más» el diseño de los copagos para «reforzar la protección de los hogares con menores ingresos en todos los grupos de edad, por ejemplo, extendiendo el tope de los copagos basado en los ingresos a todos los hogares no pensionistas».
Junto con esto, optan por abordar los tiempos de espera para la atención especializada; eliminar las barreras administrativas a las que se enfrentan los inmigrantes en situación no regularizada y otras personas para acceder a los servicios sanitarios a los que tienen derecho; o aumentar el gasto sanitario público y garantizar que el gasto adicional cumpla los objetivos de equidad y eficiencia mediante la reducción de las barreras de acceso y las dificultades financieras de los hogares con bajos ingresos.