¿Quién no ha delirado alguna vez por unas cremosas y crujientes croquetas? Este plato de aprovechamiento por excelencia, es uno de los más socorridos cuando de aprovechar al máximo las sobras se trata. Por lo general una salsa bechamel, un relleno, un poco de pan rallado y aceite abundante para freír son los ingredientes necesarios para un exquisito resultado.
Ahora bien, no siempre se puede hacer una bechamel. Es posible que no tengas los ingredientes o que no desees o puedas consumirla. En estos casos, siempre hay una opción para todo, y la que hoy te voy a proponer, te gustara tanto o más que las de sabor tradicional.
10Dale forma a las croquetas y a freír
Pasados los 30 minutos de reposo dentro de la nevera, dale forma a tus croquetas sin bechamel y pásalas por harina, huevo batido y pan rallado.
En una sartén caliente y con una cantidad generosa de aceite ve friendo las croquetas tal como lo haces normalmente, siguiendo los consejos sobre cómo y cuando freírlas para que no se rompan. Retíralas cuando estén doradas y llévalas a escurrir sobre papel absorbente. Sírvelas bien calientes para disfrutar al máximo de su rico sabor y textura crujiente.
Acompáñalas con una salsa de mostaza superior al estilo de Martín Berasategui y disfrútalas al máximo.