No es fácil reconocer la frescura de una mandarina; la piel suele dar poca información. Las hojas son mucho mejores para saber cuánto tiempo lleva la fruta en movimiento. A diferencia de la piel, son un claro indicador de frescura.
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No es fácil reconocer la frescura de una mandarina; la piel suele dar poca información. Las hojas son mucho mejores para saber cuánto tiempo lleva la fruta en movimiento. A diferencia de la piel, son un claro indicador de frescura.