Cada vez son más las personas que optan por una educación a distancia. Aunque hace algunos años se trataba de un sistema en vías de formación y, por tanto, no podía competir con la modalidad presencial, en la actualidad son varias las universidades que ofertan este tipo de estudios, ya sea para grados oficiales o para másteres.
Entre ellas, la Universidad Isabel I ha sido una de las pioneras a la hora de apostar por esta modalidad. Por ejemplo, en la actualidad se puede estudiar Educación Primaria a distancia y obtener el grado habilitante para ser profesor o profesora.
Pese a ello, todavía existen quienes se muestran reticentes con el sistema a distancia y no acaban de comprender cómo un campus virtual puede aportar los mismos beneficios que la modalidad presencial.
Ventajas de la educación a distancia: el futuro de la enseñanza
Son muchas las razones que justifican que la enseñanza universitaria a distancia haya aumentado su demanda en los últimos años. A la tendencia de por sí imparable se unió la pandemia provocada por el coronavirus, un cambió que promovió que las propias universidades presenciales se unieran a la modalidad online. De este modo, la experiencia vino a corroborar que la enseñanza universitaria podía desarrollarse de manera natural con internet gracias a los equipos y controles necesarios.
Ahora bien, ¿qué ventajas reales proporciona la enseñanza online sobre la enseñanza tradicional?
- Acceso a cualquier grado
Al no tener que desplazarse personalmente, los estudiantes de universidades especializadas en la modalidad a distancia pueden optar a grados que se impartirían en diversos lugares del mundo en los que, por diversas razones, no podrían residir. Por ejemplo, una persona que trabaje a jornada completa en un pueblo de Sevilla no puede desplazarse de manera diaria a una universidad presencial de Madrid.
2. Ahorro temporal y económico
El ahorro que supone apostar por la universidad a distancia es doble: por un lado, al no tener que residir en un lugar concreto, muchos estudiantes no alquilan viviendas y se ahorran la manutención derivada; por otro, no deben desplazarse a la propia universidad, una decisión que a largo plazo supone horas de ahorro temporal.
3. Estudios personalizados
De algún modo, la enseñanza a distancia se adapta mejor a las circunstancias personales de los estudiantes y no al revés. El sistema convencional de enseñanza está diseñado para que el estudiante encaje su vida en los horarios de la universidad, independientemente de sus circunstancias personales (lugar de residencia, trabajo, familia, etc.).
Las universidades a distancia revierten este sistema. Por ejemplo, la Universidad Isabel I dispone de un campus virtual en el que el profesorado cuelga apuntes, material de clase e incluso clases o consultas grabadas. La idea es que sea el alumno el que consulte el material cuando disponga del tiempo necesario para ello.
4. Disciplina
La modalidad a distancia es una herramienta útil para aquellos que quieren obtener grados oficiales. Al fomentar el trabajo autónomo (aunque al mismo tiempo colaborativo), los hábitos de estudio del alumno se afianzan. De este modo, es el alumno el que debe organizar sus horas de estudio, generando autodisciplina y confianza en su capacidad personal.