Solo de pensar en tacones ya es un completo dolor de cabeza y es que sin importar cuán cómodos sean, algunas veces molestan demasiado. Por lo general estos padecimientos son para aquellas damas que no acostumbran a usarlos.
Pero qué pasa cuándo es necesario usarlos y no los puedes tolerar por mucho tiempo. Algunos tacones están plenamente diseñados para que el pie esté ajustado y no tenga incomodidad. Pero también es cierto que por más diseño ajustable que tengan, suelen terminar generando malestar.
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No hay que desesperarse, pues hay algunos consejos extras que puedes tener en cuenta al momento de usar tacones.
¿Te cuesta mucho aguantarlos durante una noche? ¿Te hacen rozaduras y estás aterrada por si te vuelven a hacer daño la próxima vez que te los pongas? Por esa razón te invitamos a que tomes nota de los consejitos milagrosos que ayudarán a sufrir un poquito menos.
¿Cómo llevar tacones por horas y sentirse como diosa?
Lo primero es saber que debes mentalizarte y elegir los tacones que mejor se ajusten a tu atuendo y en el que mejor te sientas. No es lo mismo usar tacones tacón afilado que unos de tacón grueso, así que ten en cuenta eso.
Si no estás acostumbrada a llevar tacones, no te pongas unos nuevos y altísimos para una fiesta por primera vez. No aguantarás ni media hora, estarás incómoda desde el principio y el dolor será insoportable. Opta por algo más cómodo como unos tacones de unos 5 o 6 centímetros como mucho.
O incluso menos si te decantas por unos, los de 3 centímetros son la altura perfecta. Te proponemos también unos tacones anchos y la comodidad estará más que garantizada.
En caso de que no te quede más remedio que llevar unos tacones altísimos, intenta ensayar desde una semana antes al evento en casa. El pie se tiene que acostumbrar a una nueva forma de caminar que difiere mucho a ir sobre plano.
Practica siempre que estés en casa y, a ser posible, con el mismo tipo de pantis que vayas a llevar el día que te los pongas. Al final es un poco de práctica para que tu pie se pueda acostumbrar y así no sufra tanto.
Estando de pie sin moverte durante mucho tiempo es la forma en la que los pies duelen más. Si estás en un cóctel y no en una cena con mesas y sillas intenta caminar de cuando en cuando, o hacer pequeños descansos sentándote siempre que puedas.
El modelo que más favorece y alarga la pierna es el tacón de aguja, con todo el empeine al aire. También es el más incómodo porque tienes que hacer un poco de fuerza con el pie para sujetar el zapato. Opta mejor por diseños que se enganchan al tobillo con una pulsera.
¿Usar una talla más ayuda?
Los zapatos de tacón que te están ligeramente grandes pueden ser más cómodos. Lleva una talla más para evitar rozaduras y ampollas en los talones si el pie se hincha. Así, seguro que puedes con ello.
Piensa en las cuñas como una buena opción si no puedes soportar los tacones altos. Con estas, a pesar de que se puede elevar muchísimo el talón, la superficie de apoyo del pie es mayor por lo que las molestias son menores y aparecen más tarde.
Tampoco te olvides de las plataformas: un par de centímetros más en la suela te puede permitir llevar un tacón más cómodo de unos 7 centímetros que, en realidad, equivalen a 9. Desde hace años, existen en el mercado unas útiles almohadillas que se colocan en la suela del pie, al comienzo de los dedos.
Están creadas para aliviar la presión de todo el peso del cuerpo en esa zona y, si bien no son milagrosas, sí que son una gran solución. Llévalas siempre en tu bolso y utilízalas cuando empieces a notar dolor. También puedes llevar medias antideslizantes. Es importantísimo tener los pies bien hidratados para evitar las odiadas rozaduras. Un remedio casero y muy muy eficaz es untar una crema hidratante en el interior del zapato para que ablande el material.
Y siguiendo en la línea de lo casero, otro tip muy útil es introducir dos bolsas de agua en el zapato y directo al congelador. Una vez congelada el agua, hará que el zapato se ensanche un poco más. También se puede realizar con bolas de papel de periódico.
Para empezar, recuerda que es mejor aumentar la altura de tus tacones de forma gradual. Si siempre optabas por zapatos planos y lucías tus sneakers con orgullo, no te hagas con unos stilettos de 10 cm porque no podrás caminar con ellos y dañarás tus pies.
Siempre opta por el tamaño adecuado y no exageres con la altura. Recuerda que unos tacones con plataforma siempre serán más cómodos, sobre todo si no estás acostumbrada a caminar con tacones. Y durante el verano, apuesta por unas alpargatas de cuña.
A la hora de caminar con tacones, la espalda recta es la clave. Apoya primero el talón y después la punta de los pies y no dobles las rodillas más de lo habitual. Camina sobre una línea imaginaria, pero nunca vayas mirando a tus pies.