Las lesiones siempre serán un problema presente en el mundo del fútbol y últimamente Ansu Fati está entiendo eso muy por las malas. El joven del FC Barcelona está viviendo un verdadero calvario con tantas molestias que ha sufrido, estas lo han hecho perderse gran cantidad de partido y extraña que un joven de 18 años pueda mostrar un físico que puede catalogarse como algo endeble. Ya en el conjunto azulgrana parecen vivir acostumbrado a los problemas físicos, pues con Ousmane Dembélé ya pueden hacer un libro completo de todas las lesiones existentes y además han adquirido al Sergio «Kun» Agüero que también es muy propenso a lastimarse. Sin embargo, más allá que tengan jugadores que se rompan hasta estornudando; en el Barça trae de cabeza a todos el caso del canterano.
Muchos jugadores que pintaban para estrellas y que se les presagiaba un futuro grandioso prometedor, en ocasiones se quedan en nada a causa de las constantes lesiones que sufren. Carreras que podían ser brillantes acaban en las sombras, pues los jugadores pasan más tiempo en la enfermería que sobre el terreno de juego mostrando su talento. Los aficionados del Barcelona han visto como la rodilla de Ansu Fati ha vuelto a decir «basta» y todos los malos presagios comienzan a verse; con eso preguntas como «¿si podrá levantar cabeza?» o «¿será que ya es un jugador roto?» surgen de forma más reiterada y las respuestas no son nada esperanzadoras.
3Ya estuvo un año fuera por su rodilla
La peor de las lesiones que sufrió Ansu Fati la vivió en noviembre de 2020, cuando ante el Betis sufrió una «rotura del menisco interno de la rodilla izquierda», así lo comunicó el Barça. Una lesión que lo obligaba a pasar por el quirófano lo más rápido posible y así lo hizo. Pese a que se estimó unos cuatro meses de baja, la realidad es que el canterano tuvo muchos percances durante la recuperación; al punto de que lo tuvieron que intervenir hasta en tres ocasiones más luego de la primera. A todo esto, el atacante estuvo parado casi un año, pues no volvería a reaparecer hasta septiembre; sin embargo, no pudo estrenarse hasta finales de ese mes, pues Koeman no quería arriesgarse a una nueva lesión.
