Los últimos 7 años son el periodo más cálido de la historia, según la OMM, que avisa de efectos «trascendentales»

El año 2021 es, hasta octubre, 1,09ºC más cálido que la media de periodo 1850-1900 y se sitúa como uno de los siete años más calurosos a nivel mundial desde que hay registros, según el avance del Estado del Clima que presenta este domingo la Organización Meteorológica Mundial en el inicio de la XXVI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU que acaba de comenzar en Glasgow (Reino Unido).

De acuerdo con este análisis, el año 2021 estará entre el quinto y el séptimo años récord de calor y el periodo 2015-2021 se situará como los siete años más cálidos desde que hay registros.

No obstante, la OMM refleja que el año 2021 está resultando menos cálido que los años precedentes a consecuencia de la influencia moderada del fenómeno ‘La Niña’ al principio de este año y que suele provocar un efecto de enfriamiento de la temperatura global e influye en el tiempo regional y en el clima. La impronta de La Niña este año fue clara en el Pacífico tropical durante 2021. El anterior evento significativo de La Niña tuvo lugar en 2011, pero ahora, 2021 es entre 0.18 y 0.26 grados centígrados más cálido que 2011.

Además, el Estado del Clima 2021 (aún provisional) concluye que las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) volvieron a superar en 2020 su récord anterior.

Los niveles de dióxido de carbono (CO2) alcanzaron las 413.2 partes por millón, el metano (CH4) llegó a 1.889 partes por billón y el óxido de nitrógeno (N2O) marcó 33.2 ppb, datos que respectivamente están un 149 por ciento, 262 por ciento y 123 por ciento por encima del año 1750 (considerado el inicio de la era industrial) y advierte de que en 2021 estas emisiones siguieron creciendo.

Al mismo tiempo, el crecimiento del nivel del mar se ha acelerado en el mundo desde 2013 y ha vuelto a subir en 2021, algo a lo que se suma el continuo calentamiento del agua del mar y la creciente acidificación de los océanos.

Estos niveles récord de concentración de GEI en la atmósfera y el calor acumulado que conllevan han propulsado al planeta a un terreno inexplorado, con repercusiones trascendentales para las generaciones actuales y futuras, de acuerdo con la OMM.

El informe combina datos de múltiples agencias de Naciones Unidas, servicios meteorológicos e hidrológicos nacionales y de científicos expertos. La OMM denuncia en el inicio de la COP26 con este informe que los elevados impactos que esto provocará a la seguridad alimentaria y a la población conllevará desplazamientos, amenazas para ecosistemas cruciales y minará el progreso hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha señalado en un vídeo publicado en la presentación del informe que el Estado del Clima 2021 de la OMM describe con las últimas evidencias científicas como el planeta está cambiando ante nuestros propios ojos.

«Desde las profundidades del océano a la cima de las montañas donde se derriten los glaciares junto con los implacables fenómenos meteorológicos extremos, los ecosistemas y las comunidades de todo el globo están siendo devastadas. La COP26 debe suponer un punto de inflexión para las personas y el planeta», ha defendido.

«Los científicos son claros en los hechos. Ahora los líderes necesitan ser precisamente igual de claros en sus acciones. La puerta está abierta. Las soluciones están ahí. La COP26 debe ser el punto de inflexión. Debemos actuar ahora, con ambición y solidaridad, para salvaguardar el proteger nuestro futuro y salvar la humanidad», ha apostillado en el videocomunicado.

Por su parte, el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, ha destacado que llovió más que nevó «por primera vez» en el pico de la capa de hielo en Groenlandia; que los glaciares de Canadá sufrieron un rápido derretimiento mientras una ola de calor en Canadá y en zonas aledañas de Estados Unidos, llevaron las temperaturas a alcanzar cerca de 50ºC en la Columbia Británica.

Además, ha recordado que en el Valle de La Muerte, en California (Estados Unidos) se registraron 54.4ºC en una de las «múltiples» olas de calor que ha sufrido el suroeste estadounidense, mientras que el Mediterráneo también ha experimentado temperaturas récord. «Este calor excepcional estuvo acompañado con frecuencia por devastadores incendios», ha apuntado Taalas.

CALOR E INUNDACIONES RÉCORD

El estudio de la OMM concluye también que el calor extremo afecto a la región mediterránea y subraya datos como el récord de 48.8ºC alcanzados el 11 de agosto en Sicilia, lo que supondría un nuevo récord provisional para Europa, mientras que en Kairouan (Túnez) se llegó a valor récord de 50.3ºC, mientras en Montoro (Córdoba) el 14 de agosto marcó un nuevo récord para España, al llegar a 47.4ºC y ese mismo día en Madrid también se registró otra efeméride, de 42.7ºC.

Al mismo tiempo, ha añadido que durante el periodo más duro de las lluvias tropicales dejaron en el espacio de horas inundaciones severas en China y en amplias zonas de Europa, lo que provocó decenas de víctimas y miles de millones de pérdidas económicas. El informe cita las inundaciones severas en julio en Alemania y Bélgica que provocaron la muerte de unas 200 personas.

Por el contrario, refleja que en la zona subtropical de América del Sur acumulan el segundo año de sequía lo que ha reducido el caudal de los principales ríos de las cuencas hidrográficas y esto ha golpeado así a la agricultura, el transporte y la producción de energía.

«Los eventos extremos son la nueva normalidad», ha alertado Taalas que ha añadido a continuación que existen montones de evidencias científicas de que algunos de ellos empujan la huella ecológica del cambio climático inducido por el hombre.

En ese sentido, ha agregado que con la tasa actual de incremento de las concentraciones de GEI se verá un aumento a final de siglo que superará excesivamente los objetivos del Acuerdo de París, de limitar el crecimiento de la temperatura global a 1,5ºC e incluso a 2ºC respecto a los niveles preindustriales. «La COP26 es la oportunidad decisiva para situarnos de nuevo en la senda», ha valorado.

Otros de los datos que aporta este detallado trabajo de la OMM pone de manifiesto que en torno al 90 por ciento del calor acumulado en la Tierra es almacenado en el océano, pero por encima de 2.000 metros de Profundidad el océano se siguió calentando en 2019 y llegó a un nuevo récord que de nuevo se ha superado en 2020. El océano absorbe aproximadamente el 23 por ciento de las emisiones antropogénicas de CO2 a la atmósfera y se está acidificando.

De hecho, apunta que el pH de la superficie del océano se ha reducido en los últimos 40 años hasta alcanzar un nivel más bajo que los últimos 26.000 años. Si el pH del océano decrece, también lo hará su capacidad de absorber CO2 de la atmósfera.

Asimismo, analiza el nivel del mar, que ha aumentado 2.1 milímetros anuales entre 1993 y 2002 pero subió 4.4 milímetros anuales en el periodo 2013-2021, es decir el doble de rápido y esto contribuye a que la pérdida de masas de hielo y de glaciares se acelere.

Por último, el documento expone como en los últimos diez años, los conflictos, los fenómenos meteorológicos extremos y las crisis económicas han incrementado tanto su frecuencia como su intensidad y alerta de que todos estos efectos combinados se han exacerbado con la pandemia del COVID-19, que han incrementado el hambre y la inseguridad alimentaria, en particular en países como Etiopía, Sur de Sudán, Yemen y Madagascar.