El Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (GEECV-SEN) y la Fundación Freno al Ictus han advertido sobre el avance del ictus, una enfermedad que han catalogado como «devastadora», y sobre la que han lamentado que se trate de una «pandemia silenciosa» que prevé aumentar un 35 por ciento de casos en 2035.
Con motivo del Día Mundial del Ictus, que se celebra este viernes 29 de octubre, las organizaciones han celebrado una jornada divulgativa en el Congreso de los Diputados, bajo el lema ‘Encuentro Científico, Social e Institucional sobre ictus’, con el apoyo del ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y el Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (CEADAC).
El ictus, tal y como ha señalado el presidente de la SEN, José Miguel Lainez, es la segunda causa de mortalidad en todo el mundo, la primera causa de discapacidad y la primera enfermedad mortal en mujeres, multiplicando por tres el cáncer de mama. En el caso de España, al año unas 110.000 personas sufren un ictus, de las cuales, al menos un quince por ciento fallecen (30.000 personas) y cerca del 30 por ciento queda con dependencia funcional.
Uno de los principales retos que ha señalado Lainez para mejorar los datos es trabajar en la educación, puesto que ha reconocido que solo el diez por ciento de la población sabe definir la enfermedad pero un 50 por ciento no sabe reconocer dicha patología. «Es muy importante seguir educando a la población para que venga lo antes posible cuando tiene algún síntoma», ha comentado.
Sin embargo, ha matizado que «lo más importante» es educar en la prevención, porque «cerca del 70 u 80 por ciento de los ictus podrían evitarse o disminuir» en caso de tener unos hábitos saludables de vida.
«El ictus sigue siendo una enfermedad tremendamente desconocida, poca gente conoce su impacto y su alta prevalencia. Por eso es declarada, en algunos ámbitos como una pandemia silenci2osa. Además, es una pandemia permanente, no temporal, porque el año que viene seguirá teniendo el mismo impacto, y así sucesivamente», ha lamentado el presidente de la Fundación Freno al Ictus, Julio Agredano.
Junto a los directores de las organizaciones ha estado, durante la inauguración de la jornada, la vicepresidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, quien ha explicado que el ictus «es uno de los problemas de salud pública más importantes» y ha reivindicado la importancia de dedicar más medios, más recursos y más formación a las estrategias de prevención primaria y el código ictus.
«Hemos avanzado mucho y aún tenemos mucho camino por recorrer. La iniciativa más importante que se ha realizado hasta el momento es el código ictus que ha sido un antes y un después. Es una estrategia que sirve para salvar vidas y desarrolla acciones y estrategias que enseñan a la población cómo deben actuar», ha asegurado.
IMPACTO SOCIAL Y ECONÓMICO DE LA ENFERMEDAD
La segunda parte de la jornada ha comenzado con la coordinadora de la GEECV-SEN, Mar Castellano, que ha sido la encargado de aportar más datos y más cifras pero en el aspecto social y económico. Al respecto, ha puesto de manifiesto que en 2025 se prevé que en España más de un millón de personas sobrevivan a la enfermedad pero más de 500.000 personas estén discapacitadas por ello, y además, será una discapacidad grave.
En el aspecto económico, Castellano ha cifrado al ictus en 27,711 euros al año por cada caso, esto supone el cuatro por ciento del gasto sanitario total. El futuro, para la experta, «no es nada halagüeño», teniendo en cuenta que la previsión es que los casos sigan aumentando, y ya en el año 2000 se auguró un aumento del 27 por ciento de los casos, «que se ha cumplido a rajatabla».
En esta línea, Castellano ha reconocido que, en España, a partir de 2008 la situación mejoró a partir de la elaboración de la Estrategia del Ictus. Además, en la actualidad, Europa sigue trabajando para prevenir y frenar la enfermedad, por lo que ha desarrollado el Plan Europeo de Acción en Ictus, que recoge lo que debería hacer la población hasta 2030 para contener la patología.
Principalmente, el documento señala cuatro principales objetivos: en primer lugar, el reto es disminuir en un diez por ciento los casos absolutos; en segundo lugar, insta a tratar a los pacientes en unidades especializadas, denominadas Unidades de Ictus; el siguiente objetivo es elaborar planes nacionales; y, por último, implementar estrategias nacionales con intervenciones que vayan dedicadas a fomentar hábitos de vida saludable.
Concretamente, Mar Castellanos ha añadido que existen diez factores de riesgo explican el 90 por ciento de riesgo de padecer un ictus. «Si fuéramos capaces de controlar estos diez factores, podríamos disminuir muchísimo la probabilidad de padecerlo», ha clamado.
Estos diez factores, de acuerdo a la experta, son el tabaco, el alcohol, el sedentarismo, dieta sana y obesidad, además de, la hipertensión, diabetes, colesterol alto, estenosis carotídea y la fibrilación auricular.
Durante su intervención, Mar Castellanos ha explicado en profundidad los dos tipos de ictus que más se producen, y por ende, más mortalidad causan, como son el ictus isquémico, que es el más frecuentes (85%), y el restante, ictus hemorrágico (15%) se produce como consecuencia de una rotura de la arteria.
«En España a los pacientes se les trata muy poco en Unidades de Ictus, somos los segundos por la cola que menos unidades tienen en Europa. Tenemos mucho que mejorar en la enfermedad», ha concluido.